7 jul 2010

My Fair Lady

Uno de los géneros cinematográficos que más me gustan es el musical, así que era prácticamente inadmisible, que a estas alturas de mi vida, aún no hubiera visto My Fair Lady, uno de los más famosos y aclamados. La verdad es que tanto vestido mono y tanta ñoñería me tiraba un poco para atrás, pero no podía seguir sin conocer tan famosa película.

Sin yo sospecharlo, como a veces suele suceder, hace un par de noches mi cuerpo me pidió ponerme a ver esta película. Ya he contado más veces que tengo amontonadas un montón de películas que aún no he visto y que llevan esperando por mí, en algunos casos, más de un año, y que de repente un día me apetecen más que ninguna otra. Algo así me pasó con ésta.

En un primer momento me llevé una grata sorpresa con la bella dama. Aunque sabía que estaba inspirada en la obra literaria Pigmalión, y por lo tanto, conocía más o menos el argumento principal de esta película, la increíble interpretación de Audrey Hepburn como chica... de la calle, pobre y malhablada auydó muchísimo a hacer los primeros minutos de la película realmente divertidos.

Por si alguno aún no lo sabe, My Fair Lady trata de un hombre que estudia fonética que se cruza con una chica pobre que habla un inglés completamente vulgar, además de no tener modales. El hombre decide apostar con un amigo a que enseñará fonética a la chica y conseguirá que tenga un inglés tan excepcional que pueda pasar por una princesa.

Audrey inspiró a Amy Winehouse

Como premisa, me parece muy divertida. Además, qué queréis que os diga, a mí esto de la fonética y la lengua me tira bastante, como buena filóloga que es una, y, repito, ver actuar tan bien a Hepburn y descubrir que realmente era una mujer muy cómica fue muy gratificante. Pero entonces la película pasó de ser una comedia en la que ciertos tipos de personaje, como el señorito mimado machista que es el protagonista masculino, se soportaban, a ser otra cosa bastante diferente en la que Audrey ya no era tan graciosa pero el profesor se seguía comportando igual de mal con ella. Aunque el final suaviza un poco el tono machista y completamente misógino que respira la película, a mí me ha dejado un regustillo bastante malo en ese aspecto. Pero no soltaré un discurso feminista ahora, digamos, simplemente, que eran otros tiempos, aunque me parece muy fuerte que la última frase de la película sea "Elisa, ¿dónde están mis zapatillas?". Y no quiero simbolismos aquí.

Por otra parte, lo que sí debo destacar es la parte artística de la película. Tanto la dirección artística como el diseño de vestuario me han parecido magníficos. Realmente increíbles. A veces me parecía, incluso, que estaba en una película de Burton. Y tengo mis argumentos, ¿eh?, no penséis que deliro. Otras veces me parecía que estaba en Mary Poppins. Y hablando de Mary Poppins, que era mi película favorita de la infancia, por cierto. Sé que las comparaciones son odiosas, pero no he podido por menos de comparar una y otra vez My Fair Lady con la famosa película de la niñera que vuela con su paraguas. Además, las dos películas se hicieron el mismo año, y yo... a lo mejor no soy objetiva, pero tanto como buena película y sobre todo, como buen musical, Mary Poppins me parece mucho mejor.

My Fair Lady será todo lo explendorosa que queráis, será todo lo hollywoodiense que pudiera serlo, pero a mí me da un tufillo bastante raro, como a naftalina, y como a Michael y a Jane Banks, a mí ese olor me desagrada. Como musical me ha decepcionado muchísimo, la música, a mi parecer, no tiene nada de especial en la película, en ningún momento, y las canciones son bastante ridículas. Por primera vez tengo que decir de un musical que éste habría ganado mucho más sin música.

En definitiva, My Fair Lady no se ha convertido en un clásico inolvidable para mí. La recordaré, si acaso, como película interesante, a ratos divertida y con algún toque distinguido... (como el padre de Elisa, que me parece el mejor personaje de toda la película) pero vamos... no entiendo a quienes la idolatran porque no he sabido, quizás, ver nada especial en ella. Para mí se ha quedado en un ojete de monico, y ahí se quedará por mucho tiempo, porque muchas ganas me tienen que dar a mí para volver a meterme las casi tres horas de esta película.

5 comentarios:

  1. A mí la peli me gusta bastante... pero coincido contigo en lo insoportable que es el profesor Higgins (y el final me parece super machista, cuando después de parecer que no lo es tanto, ella acaba cediendo y le lleva las zapatillas, que vamos, ya sólo faltaba que se las llevara colgando de la boca como un perrito).

    De todos modos, una gran película. Y algunas canciones, como "I could have danced all night" o "The street where you live", son maravillosas.

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  2. Esta llevo queriéndola ver siglos, y no sé por que no la tengo apuntada en mi interminable lista de pendientes. La apuntaré ahora para que no se me olvide.

    Siempre he tenido curiosidad por verla, aunque al mismo tiempo, siempre he tenido la sensación de que no iba a ser una película que iba a adorar. Pero bueno, hasta que no la vea...

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  3. yo la he visto esta tarde, que también la tenía pendiente desde hace mucho, y he acabado decepcionada, aburrida e indignada.
    El principio promete, como tú dices, pero es un verdadero coñazo, canción tras canción, todas iguales, números musicales eternos que sobran... si no fuese un musical, como dices, ganaría muchísimo más.
    Y estoy muy ofendida por lo machista de la película, tratar la violencia a la mujer como si fuera normal (y vale que en esa época lo era, pero a mí me ofende) ¡y la canción que se marca el protagonista! es para ostiar al compositor. Y encima termina con esa frase... que yo dije gritando y en alto: "¡como termine con eso me da algo!", y sí, me dio algo...¡asco!

    No entiendo cómo ahora sigue siendo tan valorada, ahg.

    Sus cosas buenas tiene, pero son eclipsadas totalmente por los números musicales y el ultramachismo.

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  4. "My Fair Lady" es un musical basada en una comedia del dramaturgo irlandés George Bernard Shaw titulada "Pigmalión", con componentes iguales de machistas que en el musical, aunque sin música, jejeje. Producto de una época, por suerte más que superada. A parte de machista, clasista y elitista. A su vez, la comedia del irlandés bebe de las fuentes clásicas: el mito del rey Pigmalión que esculpió a Galatea y la transformó en lo que él deseaba: una mujer perfecta.

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