Día 1
Aprovechando la soledad hogareña, ya que mis padres están de vacaciones, los muy perros, mientras yo me quedo aquí trabajando y levantando este país, decidí invitar a mi amigo cinéfilo Alberto a que me acompañara en una costumbre que ya es un clásico en mi: ¡¡ver películas en la supertele del salón cuando estoy sola en casa!!
Decidimos montar un ciclo de cine para darle una pasadita a la saga de Pesadilla en Elm Street, con motivo del estreno de la nueva película de Freddy, pero al final, una cosa llevó a la otra, y este ciclo de cine no tiene un hilo conductor claro.
Cuando ayer nos juntamos en ésta mi humilde morada, no sabíamos muy bien qué íbamos a ver, pero en cuanto Alberto me dijo que no había visto Celda 211, mi orgullo zamorano y mi orgullo cinéfilo, ambos al mismo tiempo, se sintieron heridos y le dije: "Pues hay que verla". Y la vimos.
¿Qué voy a decir yo de Celda 211 a estas alturas de la vida que no se haya dicho? Que es un peliculón como la copa de un pino, pero vamos, esto no es nada nuevo. Que se rodó en Zamora, cosa que siempre hace ilu, que tuve el placer de conocer a algunos de los actores, cosa que también hace ilu, que algunos de mis conocidos salen de extras en la película y lo dan todo... vamos, que Celda 211, para mí, ya es mucho más que una película.
Pero no solo guardo buen recuerdo de la película por todas las experiencias cinematográficas que me trajo a la vida, es que encima la tengo que recordar bien porque es un peliculón. Recuerdo que la primera vez que la ví salí emocionadísima del cine en muchísimos aspectos. Si algo tiene esta película es mucha fuerza, mucha tensión. Muchos son los que han dicho que el guión de esta película cojea y que tiene algunas cosas poco creíbles. Cierto, pero, ¿y qué?. ¿Acaso es creíble que un extraterrestre llegue a La Tierra y sea capaz de ganarse el cariño de una familia y vestirse, a su vez, de gitana, muy digno siempre? No, pero el espectador entra en el juego. Pues si tú entras en el juego de Celda 211, si dejas que te atrape, entonces podrás disfrutar de una experiencia única. El primer visionado es sorprendente y sobrecogedor, pero el segundo, al menos desde mi punto de vista, es todavía mejor. Es cuando puedes empezar a observar los detalles y a meterte en la historia desde diferentes puntos de vista. Total, que un copón de película, pero de los grandes.
Como estábamos de subidón, después de la celda nos dio por los muertos. Alberto me trajo unas cuantas películas para ver y yo acabé eligiendo una que no me sonaba de nada, pero que tenía buena pinta. Y además era de terror, que eso siempre tira, y, al parecer, también era una película de culto. Aunque por muy de culto que fuese yo nunca había oído hablar de ella, o al menos, no la recordaba.
La película en cuestión se llama Carnival of Souls, y es una película de terror de los años sesenta, de serie B, al parecer, aunque no me ha parecido nada cutre, y con una estética muy característica, que es lo que más me ha gustado de la película. A mí esas ojeras super negras del cine expresionista alemán siempre me han dado gustico.
Aunque la película no tiene mucha acción que digamos, y aunque es de terror, poco miedo pasa una, realmente me ha parecido una película interesante. Primero, porque creo que esta película ha servido de influencia a muchas otras del género que luego han sido lo más, y segundo, porque he sabido reconocer en ella también algunos rasgos de la tradición del terror en el cine. Bueno, y por reconocer, se puede reconocer hasta el final de Lost, pero eso ya sería salirse mucho del tiesto.
La cosa es que me alegro de haberla visto, porque creo que es una pieza clave en la historia del terror, aunque, como película, y más hoy en día que una ya lo ha visto casi todo, se me hizo un poco pesada. Así que la pobre, por ahora, se queda en un ojete de monico, y digo por ahora porque creo que algún día, sabiendo ya lo que hay en esa cinta, me gustaría volver a verla con otros ojos más críticos.
Y este ha sido el repaso al primer día del ciclo de cine "Casa Cepeda". Veremos a ver qué sorpresas nos depara esta noche.
Celda 211, otra que tengo pendiente de ver, tengo delito
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