Día 2
Esta vez el ciclo de cine en casa se trasladó al cine de verdad porque nos apetecía ver la nueva de Shrek, que... se titula Shrek, felices para siempre. Cenamos unas, por cierto, deliciosas pizzas y al cine que nos fuimos.
Había yo leído varias críticas que ponían muy mal esta película. Bueno, qué me iba a esperar, la tercera ya me pareció bastante floja, pero aún así, seguía teniendo curiosidad. Por muy mala que fuera... malo sería también que no nos fuéramos a reir ni un momento. Y oye, cual es mi sorpresa cuando me veo a mí misma sentada en el cine y riéndome en muy pocos momentos, la verdad. Sí, tiene algún puntillo, pero nada comparado con el humor tan característico de las películas de este ogro. O de la primera y de la segunda película, más bien.
La historia sí, es floja floja, y los chistes, reguleros, y algunos tan cutres que en vez de reirte del chiste te reías de lo cutre que era y te acordabas del traductor que adaptó esos chistes a nuestra lengua castellana. Más o menos se nos viene a contar que Shrek, que es un machote, pues está hasta las narices de la rutina de cuidar a sus hijos y querer a su mujer, así que hace un trato con un mago para tener un día para él solito y poder volver a ser un ogro en condiciones. Pero luego se enreda la cosa y Shrek tiene que luchar por volver a conseguir el amor verdadero, que es de lo que van siempre estas películas.
Nos han vendido esta película como el capítulo final, y espero que así sea, porque si esta ya flojea bastante... no me quiero imaginar lo que vendrá. Pero confiaremos en los señores que le ponen títulos a las películas de Shrek y nos creeremos que sí, que por fin, este es el final de la saga, que por cierto, para ser un final, tampoco es para tanto.
Hombre, hay que reconocer que la película también tiene sus aciertos. Para empezar, el hecho de que en vez de seguir con la historia que tenían que contar, que ya no daba para más y de eso, supongo, se dieron cuenta en la tercera película, montarse un universo paralelo, hace más interesante la historia. Lo malo es que en ese universo alternativo en el que se ha colado Shrek tiene que volver a pasar todo lo que ya habíamos visto: hacerse amigo de Asno, conocer al Gato con Botas y, por supuesto, enamorar a la princesa Fiona. Así que claro, pierde toda la emoción.
En definitiva, salí del cine más contenta de lo que esperaba, porque me esperaba la mierda absoluta, las cosas como son, así que a poco que me dieran, me iban a subir el ánimo. Pero tengo que reconocer que la película no tiene nada de especial, que es bastante repetitiva y que ni siquiera ha conseguido crear a un nuevo personaje mítico para la saga, puesto que los nuevos de esta película tampoco tienen mucha gracia. Así que esta cuarta y última entrega de Shrek se queda con un ojete de monico.
El malo era bastante carismático pero no dejaba de ser una mezcla entre el príncipe bajito aquel de la primera y el hada madrina de la segunda..
ResponderEliminarLuego el flautista a mi me hizo gracia, como concepto me refiero porque el tema de los bailes pues como que ya está bastante visto.. muy Shrek 2 todo vamos..
y ya! la curiosidad nos puede en ocasiones! maldita sea!!
Yo es que de Schreck sólo vi la primera, que más o menos me gustó, pero las otras las pusieron tan mal que ya ni me tomé la molestia. Aunque también te digo que no soy muy aficionado a la animación americana.
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