Ya sabéis la debilidad que siento por Steve Carell. Me parece un actor cómico de lo mejor, y encima el tío, cuando se mete en un papel dramático, también lo borda. Así que en esta película nada podía fallar, porque aunque es una historia sobre el amor, está contada con muchos toques de comedia y alguno dramático. Creo que era el cóctel perfecto para que Steve Carell brillase, pero si brilló, la verdad es que yo me perdí los destellos.
Empiezo así de negativamente la crítica de esta película porque casi me ha sentado mal verla. Siempre que veo una nueva película protagonizada por mi Steve pienso que esta vez sí, esta vez sí será una película a su altura, como lo fue Pequeña Miss Sunshine. Pero es que esa película (que por cierto, si no habéis visto, os recomiendo) parece más una excepción en su carrera, porque el resto de películas en las que lo hemos visto dejan bastante que desear. Crazy, stupid, love, regulera; Noche Loca, regulera; Superagente 86, regulera; Sigo como Dios, mierda pura. Y así todo. Y para mí, Buscando un amigo para el fin del mundo, forma parte de este grupo de películas reguleras protagonizadas por mi actor favorito.
He de reconocer que al menos el planteamiento de la peli de la que os hablo hoy tiene algo más de original que el resto. Esta es otra de esas películas sobre el fin del mundo, que tan de moda ha estado hasta que al final no pasó nada el pasado diciembre, pero con un punto de vista diferente. Sí, el fin del mundo es inminente y un meteorito amenaza la tierra, pero en vez de vivir esa experiencia a lo grande, a lo Tom Cruise, lo vivimos en la cotidianidad de un edificio de apartamentos donde viven los dos protagonistas, dos personas que prácticamente no se conocen pero que se sentirán muy unidos en estos últimos días de vida del Planeta Tierra.
Hasta ahí todo bien. Lo malo es que, para mí, la película es bastante coñazo. ¿Bonita? Quizás, pero coñazo también. Y, lo que es peor, el personaje femenino, al que da vida Keira Knightley, es lo más pesado y cansino que he visto yo en mucho tiempo. ¡Qué asco de tía, la virgen! (el personaje, no la persona, que igual también, pero yo no lo sé). Lo mejor de la película, el perrete.
No le he dado un suspenso por el buen planteamiento y bastante aceptable final (por final me refiero a los últimos cinco minutos) de la película, pero vamos, todo el recorrido de los protagonistas me llegó a aburrir bastante, y, lo que es peor, a no interesar en absoluto. Y eso que estoy totalmente de acuerdo con el mensaje que la película desea transmitir, pero está claro que las formas no han sido, para mí, las adecuadas. Ojete de monico, muy justico, para ella. Por cierto que me gustaría, si pudiera ser, que todos aquellos que han visto en ella una película muy decente, me dejaran un comentario explicándome por qué. Gracias.
No se... a mi me gustó. La comenté en mi blog y todo!!! Y tengo un blog de cine de terror, jejeje!
ResponderEliminarUn saludo!!!
Pues a mi me gustó mucho precisamente por esa falta de acción de la que tú te quejas. Me gusta su realismo cotidiano.
ResponderEliminarYo llevo tiempo con ganas de verla, desde que supe de su existencia.
ResponderEliminarMe recuerda al cine de Nacho Vigalondo...