¡¡Feliz 2013 a todos!! Salud y dinero para seguir disfrutando del cine también durante este año.
Hoy vengo a hablaros de una película que tenía, desde hace un tiempo, muchas ganas de ver. Aunque generalmente los dramones sobre enfermedades me suelen gustar bastante poco porque la simple idea de vamos a dar pena porque sí no me va a mí mucho, sentía mucha curiosidad de ver una película de un enfermo de alzheimer contada desde el punto de vista del mismo enfermo de alzheimer, y más curiosidad aún por el hecho de que esta era una película de animación. Eso me hacía intuir un doble nuevo punto de vista sobre el desarrollo de la enfermedad.
Arrugas es una película española estrenada en 2011 que consiguió dos premios Goya: el de mejor película de animación y mejor guión adaptado. Lo del guión adaptado es porque la película es una adaptación de un cómic que lleva el mismo título y que fue escrito por Paco Roca. Ya el cómic lo petó bastante, así que iba a ser bastante difícil que la película saliera mal.
La película nos mete a todos los espectadores, junto con Emilio, el protagonista, en una residencia de ancianos. El panorama de aquella residencia es bastante desolador (como casi cualquier residencia, si alguna vez habéis estado en alguna) pero Emilio tiene la suerte de coincidir con Miguel como compañero de habitación. Miguel es un jubilado con acento argentino que se ha trasladado voluntariamente a esa residencia porque no tiene nadie que cuide de él y tampoco le gusta estar solo.
Tuve la grandísima suerte de poder ver esta película en Nueva York. Hace un par de semanas tuvo lugar la Semana del Cine Español en la ciudad, donde se exhibieron un montón de películas, una selección de lo mejor del último año. Yo no dudé ni un momento en sacar entradas para esta porque en España había querido verla pero no la habían estrenado en mi ciudad, y fíjate como es la vida que me topé con ella casi de casualidad al otro lado del charco.
Lo mejor de Arrugas es que consigue sacar esperanza y buenos momentos de donde parece que no los hay. Todos tenemos la idea de que las residencias de ancianos es más un lugar donde esperar la muerte, a veces en soledad, que un sitio donde disfrutar de los últimos días de la vida, pero Arrugas hace de este escenario un lugar donde aún la vida puede volver a cambiar, donde aún la vida puede encontrar un sentido.
No obstante, es una película bastante triste. Debe de ser muy duro darse cuenta de que una persona que te importa va perdiendo progresivamente todas sus capacidades, pero afortunadamente la película no vende la lágrima fácil, sino que constantemente está intentando rascar la sonrisa.
Es Arrugas una película para disfrutar. Para disfrutar de una gran historia y unos grandes personajes pero también de una buena película muy bien hecha en todos los aspectos. Por supuesto que os la recomiendo, porque esta parece una de esas películas que no puede no gustarle a alguien. Por mi parte se lleva un enorme copón de película y el bonito recuerdo que siempre irá pegado a ella de que fue una película española que vi en Nueva York.
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