Todavía me doy golpes contra la pared de mi cuarto y me pregunto por qué fui al cine a ver esta película. Por qué me gasté mis dineros en ver algo que ya sabía de antemano que no me iba a gustar y por qué la vi, encima, que es más caro, en 3D. Pero bueno, la vida es así, está llena de locuras espontáneas, y aunque esta muy espontánea no fue, de locura lo tiene todo.
Voy a decir primero, aunque a algunos les pueda parecer herejía, que a mí la saga
Alien, desde la primera película (y única que he visto), primero, no me llama la atención en absoluto, y segundo, a mí
El Octavo pasajero no me gustó. Que tampoco me disgustó, pero vamos, que no supe apreciarla como quizás esa famosa película se merecía. Por lo tanto, una película que bebe bastante de Alien, que es hasta del mismo director, y que encima trata un tema que a mí ni fú ni fá, que es el de los extraterrestres en general (solo me gustan los que son adorables como
E.T. o graciosos como los de
Mars Attacks) tenía todas las papeletas para aburrirme.
De todas formas he de decir en su favor que empieza bastante bien. Al principio incluso temí que me tuviera que tragar mis palabras, pues le había dicho y redicho al amigo con el que fui al cine que la película iba a ser la caca de la vaca, pero en cuanto salen del planeta Tierra la película se pone a mi favor y empieza a ser la mierda absoluta, siempre en mi modesta opinión.
Por si hay alguno que todavía sigue leyendo se está preguntando: ¿pero esta película de qué va?, vamos a contestarle que
Prometheus es la historia de unos científicos que tienen la teoría de que el ser humano no viene del mono, sino del cielo, más concretamente de un planeta que está a tomar por culo, poblado por unos seres algo más altos y algo más blancos de piel que nosotros, que dejaron aquí (en La Tierra) su semillita y se largaron. Un señor muy rico se convence de esta teoría y les financia un viaje al planeta donde estos supuestos señores creadores viven o vivieron para que los científicos puedan recoger muestras de ADN y así demostrar si venimos de Adán y Eva, del mono, del gamusino, o del extraterrestre.
Cosas buenas de la película: pues, como suele pasar con todas las películas de ciencia ficción que tienen un buen presupuesto y que están rodadas por un señor que sabe lo que se hace, la parte técnica y artística es una maravilla. Los efectos especiales son alucinantes y el diseño de decorados mu bonito. Pero claro, yo siempre he dicho que para mí lo mejor de una película es la historia. Que me interese, que me la crea y que se mantenga. Esta está claro que no me interesaba, aunque sí que me la creí, pero la pobre no se mantuvo para nada. El final es una chapuza increíble que encima se alarga cosa fina y al final no termina de terminar del todo.
Total, que encima de larga, aburrida, sin ningún tipo de sustancia, no acaba del todo y bueno, emoción, emoción, poquita.Yo no se la recomiendo a nadie, y además no soy capaz de entender como hay gente a la que le ha encantado. Igual que sí puedo entender que te encante
Alien, de verdad que no entiendo como te puede encantar
Prometheus. Pero oye, hay gente para todo. Y para mí esta película es un
ojete de dromedario.
