Aunque parece que no se le tiene tan reconocido su mérito como él realmente lo merece, en mi modesta opinión, José Luis Cuerda es uno de los mejores directores de cine español, además de ser también uno de los mejores guionistas. De hecho, yo creo que en el terreno del humor absurdo todavía no le ha ganado nadie. Quizás sus paisanos, manchegos como él, Joaquín Reyes y compañía, estén más o menos a su altura, pero hoy por hoy el humor de Cuerda todavía no ha sido superado.
Una de mis películas españolas favoritas es Amanece que no es poco, que también es una de las más famosas cintas de José Luis Cuerda. Lo que yo no sabía es que antes de crear la fantástica historia que se presenta en dicha película, Cuerda ya había hecho sus pinitos en el terreno de lo absurdo, y ni más ni menos que cinco años antes de Amanece que no es poco rodó Total, un mediometraje en el que ya queda patente tanto la genialidad como el estilo tan propio de este autor.
Al igual que pasa con otros directores, en Total ya podemos ver ciertas obsesiones, ciertos leitmotivs, ciertos personajes y ciertas situaciones que se iban a repetir años más tarde en sus comedias más famosas.
Total es la narración puesta en boca de un pastor, interpretado por el estupendo Agustín González, de los últimos días del mundo antes del apocalipsis. Este pastor, londinense, por cierto, puesto que la acción de esta película transcurre en Londres (Londres es un ruinoso pueblo typical spanish, por cierto) nos cuenta qué cosas extrañas sucedían en el pueblo días antes de que el fin del mundo llegara y qué pasó después del apocalipsis y quién se salvó.
De la mano de un reparto de lujo, de esa generación de cómicos tan buena que hubo en los años ochenta y principios de los noventa, como Manuel Alexandre, Luis Ciges, Miguel Rellán, Chus Lampreave, o María Luisa Ponte, se nos introduce en un mundo tan original como descerebrado y caótico donde los hijos pasan a los padres en edad, los ciegos consiguen ver gracias a los laxantes y las vacas quieren ir a la escuela.
Vamos, que... ¡una maravilla! Totalmente absurda pero tremendamente divertida. Os la recomiendo si, como yo, sois amantes de las bobadas cargadas de ingenio y originalidad. Un copón de película y una pieza clave de la historia del humor en nuestro país.
30 jul 2010
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29 jul 2010
Pesadilla en Elm Street (El origen)
Pesadilla en Víctor Gallego, yo diría, porque vamos... ¡qué peliculón que nos vimos ayer en el cine el amigo Alberto y yo! Los dos somos muy fans de Freddy Krueger, aunque él más, la verdad, y ayer por la noche, por fin, fuimos junticos al cine para ver la nueva entrega de una de las mejores sagas del género de terror.
Yo ya salía de casa sabiendo que lo que iba a ver era cacota de la vaca, y de una vaca bien hermosa, pero aún así, claro, ¿quién puede resistirse a los encantos del hombre con cuchillitos afilados en los dedos? Tenía una idea preconcebida tan mala de la película, que mira, casi que me vino bien para luego asimilar las cosas que me tocó ver en la gran pantalla.
Lo primero que me gustaría decir es que hecho muchísimo de menos a Robert Englud, el Freddy de toda la vida. Este nuevo Freddy es mucho más asqueroso y mucho peor como monstruo, o asesino, o como queráis llamarlo. Para empezar, se parece más a Voldemort que al antiguo Freddy. Tanto efecto especial para deformar su cara al final no ha servido para hacerlo mejor. Además este nuevo Freddy no es nada guapo, no me creo que fuera capaz de conquistar a tanto niño pequeño. Por otra parte, como personaje, ya no tiene gracia ninguna. Freddy era un cachondo, un tío que realmente disfrutaba de su maldad y te hacía disfrutar a ti, como espectador, de lo malo que era. Freddy jugaba con sus víctimas y eso era lo que le hacía más aterrador. Este nuevo Freddy solo me parece un idiota que además me tira bastante para atrás. No puedo amarle.
Pero bueno, no os penséis que lo único malo de esta película es el protagonista. No, queridos míos. Hay otra cosa aún peor, que es el batiburrillo que se han montando los guionistas para narrar la historia. Yo creo que, como esta película está escrita entre dos personas, uno decía: "la rubia está muy buena, que sea ella la protagonista" y el otro decía: "no puede ser, por muy buena que esté la rubia, la protagista, de toda la vida de Dios, es Nancy, y así ha de ser". Total, que yo creo que nunca se llegaron a poner de acuerdo y al final un señor que mandaba más que ellos dijo: "pues ni pa' uno ni pa'l otro. Que la mitad de la película sea la protagonista una y la otra mitad, la otra." Y estos guionistas, creyéndose Hitchcock, siguieron adelante con esta idea. Que por cierto, no funciona, como era de esperar.
Y hombre, yo que queréis que os diga, pero también me decanto más por la rubia. Le daba un toque más sexy a la película y sus pesadillas eran mucho mejor. Las pesadillas de la ahora nueva protagonista Nancy son un rollo, son más de rebuscar para encontrar la verdad que de sufrir y gritar. Y eso no nos gusta.
Para no ser malos, vamos a intentar sacarle algo bueno a la película. Por ejemplo, los efectos especiales, la posproducción en general, es muy digna. Aunque claro, ¿a quién le interesa eso? Supongo que a los que piensan que Avatar era un peliculón, porque a mí, al fin y al cabo, lo que me gusta de una película son los buenos personajes y las buenas historias, y aunque el cine no deja de ser imagen, a mí las imágenes creadas por un ordenador, generalmente, me seducen poco. También es alabable que en la película no se vean culos y tetas, porque es un añadido al cine de terror que no soporto. Si quiero ver tetas me pongo una porno, si quiero ver a un asesino guay, me pongo una de terror. ¡No me mezcléis las cosas!
Llegados a este punto yo me voy a hacer una pregunta que a lo mejor alguno de vosotros, queridos lectores que nunca decís nada, tenéis la amabilidad de contestar: ¿Por qué? ¿Por qué tanto remake? ¿No son ya lo suficientemente buenas las películas originales? Yo creo que si por motivos económicos lo hacen, con una simple remasterización bastaría. O que se saquen una versión del director, como hicieron con El Exorcista. Porque de verdad, que yo no lo entiendo. Es que como si ahora a mí me da por volver a escribir el Quijote, haciéndolo mucho peor, por supuesto, y me quedo tan ancha. Pero todavía tengo una pregunta más: ¿Existe alguna persona en el mundo a la que le haya gustado más un remake de una peli de terror que su original? ¡Cuántas dudas! ¡Qué complicada es la existencia!
Bueno, y después de este desvarío que me he permitido porque yo en mi blog hago lo que me da la gana, solo puedo deciros que, a no ser que os pase como a mí y no podáis resistir la curiosidad de ver cómo ha quedado Freddy casi treinta años después, no la veáis, porque ni siquiera es buena como película de terror. La nueva versión de Pesadilla en Elm Street es un enorme Ojete de Dromedario.
Yo ya salía de casa sabiendo que lo que iba a ver era cacota de la vaca, y de una vaca bien hermosa, pero aún así, claro, ¿quién puede resistirse a los encantos del hombre con cuchillitos afilados en los dedos? Tenía una idea preconcebida tan mala de la película, que mira, casi que me vino bien para luego asimilar las cosas que me tocó ver en la gran pantalla.
Lo primero que me gustaría decir es que hecho muchísimo de menos a Robert Englud, el Freddy de toda la vida. Este nuevo Freddy es mucho más asqueroso y mucho peor como monstruo, o asesino, o como queráis llamarlo. Para empezar, se parece más a Voldemort que al antiguo Freddy. Tanto efecto especial para deformar su cara al final no ha servido para hacerlo mejor. Además este nuevo Freddy no es nada guapo, no me creo que fuera capaz de conquistar a tanto niño pequeño. Por otra parte, como personaje, ya no tiene gracia ninguna. Freddy era un cachondo, un tío que realmente disfrutaba de su maldad y te hacía disfrutar a ti, como espectador, de lo malo que era. Freddy jugaba con sus víctimas y eso era lo que le hacía más aterrador. Este nuevo Freddy solo me parece un idiota que además me tira bastante para atrás. No puedo amarle.
Pero bueno, no os penséis que lo único malo de esta película es el protagonista. No, queridos míos. Hay otra cosa aún peor, que es el batiburrillo que se han montando los guionistas para narrar la historia. Yo creo que, como esta película está escrita entre dos personas, uno decía: "la rubia está muy buena, que sea ella la protagonista" y el otro decía: "no puede ser, por muy buena que esté la rubia, la protagista, de toda la vida de Dios, es Nancy, y así ha de ser". Total, que yo creo que nunca se llegaron a poner de acuerdo y al final un señor que mandaba más que ellos dijo: "pues ni pa' uno ni pa'l otro. Que la mitad de la película sea la protagonista una y la otra mitad, la otra." Y estos guionistas, creyéndose Hitchcock, siguieron adelante con esta idea. Que por cierto, no funciona, como era de esperar.
Y hombre, yo que queréis que os diga, pero también me decanto más por la rubia. Le daba un toque más sexy a la película y sus pesadillas eran mucho mejor. Las pesadillas de la ahora nueva protagonista Nancy son un rollo, son más de rebuscar para encontrar la verdad que de sufrir y gritar. Y eso no nos gusta.
Para no ser malos, vamos a intentar sacarle algo bueno a la película. Por ejemplo, los efectos especiales, la posproducción en general, es muy digna. Aunque claro, ¿a quién le interesa eso? Supongo que a los que piensan que Avatar era un peliculón, porque a mí, al fin y al cabo, lo que me gusta de una película son los buenos personajes y las buenas historias, y aunque el cine no deja de ser imagen, a mí las imágenes creadas por un ordenador, generalmente, me seducen poco. También es alabable que en la película no se vean culos y tetas, porque es un añadido al cine de terror que no soporto. Si quiero ver tetas me pongo una porno, si quiero ver a un asesino guay, me pongo una de terror. ¡No me mezcléis las cosas!
Llegados a este punto yo me voy a hacer una pregunta que a lo mejor alguno de vosotros, queridos lectores que nunca decís nada, tenéis la amabilidad de contestar: ¿Por qué? ¿Por qué tanto remake? ¿No son ya lo suficientemente buenas las películas originales? Yo creo que si por motivos económicos lo hacen, con una simple remasterización bastaría. O que se saquen una versión del director, como hicieron con El Exorcista. Porque de verdad, que yo no lo entiendo. Es que como si ahora a mí me da por volver a escribir el Quijote, haciéndolo mucho peor, por supuesto, y me quedo tan ancha. Pero todavía tengo una pregunta más: ¿Existe alguna persona en el mundo a la que le haya gustado más un remake de una peli de terror que su original? ¡Cuántas dudas! ¡Qué complicada es la existencia!
Bueno, y después de este desvarío que me he permitido porque yo en mi blog hago lo que me da la gana, solo puedo deciros que, a no ser que os pase como a mí y no podáis resistir la curiosidad de ver cómo ha quedado Freddy casi treinta años después, no la veáis, porque ni siquiera es buena como película de terror. La nueva versión de Pesadilla en Elm Street es un enorme Ojete de Dromedario.
25 jul 2010
No es otra estúpida película americana
Queridos lectores, el título de esta película miente. No es otra estúpida película americana es una película todavía más estúpida que la mayoría de comedias estúpidas americanas. Por algún motivo que desconozco, cuando vi esta película me pareció divertidísima y guardaba muy buen recuerdo de ella, por eso me apeteció volver a echarle un vistazo porque realmente no recordaba prácticamente nada de la película. Pero... ¡señor! Lo que me ha costado acabarla, porque es tan mala que... casi me pongo a limpiar me habitación por no verla. Pero sí, habéis leído bien, casi. Al final terminé la película.
No sé si muchos la conoceréis, porque en su momento si tuvo su medio éxito, pero claro, han pasado muchos años y la película es caca de la vaca, con lo cual, es normal e incluso sano haberla olvidado, así que os contaré qué coño es esta película. No es otra estúpida película americana es una parodia de un montón de comedias románticas míticas del cine americano. Supongo que sigue un poco la estela de películas como American Pie y se dedica a reirse de ellas, pero se ríe tan mal que ni hace gracia. De hecho, la película es tan mala que casi parece buena, pero es tan mala otra vez que deja de ser buena para terminar siendo malísima. Es como un círculo vicioso, no sé si me entendéis.
Lo que más me ha gustado de la película es el montón de caras conocidas que hay, y bueno, para qué negarlo, el montón de referencias que hay también hacia una de mis comedias tontas favoritas: 10 razones para odiarte. Entre las caras conocidas podemos encontrar a un Chris Evans morenazo que está horrible, al prota de Cómo conocí a vuestra madre, a la rubia de Me llamo Earl haciendo de animadora mala, el mítico negro Deon Richmond que no sé de qué me suena pero me suena de un montón de películas malas donde siempre hace del mítico negro, y Sam Huntington, que es un chico que cuando yo era adolescente me parecía muy mono. Ah! Y también sale Mr. T ... En cuanto a las referencias a 10 razones para odiarte, digamos que el argumento principal de la película se sostiene gracias al argumento de 10 razones, aunque también podemos encontrar las escenas míticas como la del poemita o la de la canción en las gradas del campo de fútbol.
Pero vamos, que a no ser que tengais muchísima curiosidad o que realmente os gusten las películas malas, haced como que no conocéis esta película y no la veáis nunca, porque... es un ojete de dromedario bastante hermoso.
No sé si muchos la conoceréis, porque en su momento si tuvo su medio éxito, pero claro, han pasado muchos años y la película es caca de la vaca, con lo cual, es normal e incluso sano haberla olvidado, así que os contaré qué coño es esta película. No es otra estúpida película americana es una parodia de un montón de comedias románticas míticas del cine americano. Supongo que sigue un poco la estela de películas como American Pie y se dedica a reirse de ellas, pero se ríe tan mal que ni hace gracia. De hecho, la película es tan mala que casi parece buena, pero es tan mala otra vez que deja de ser buena para terminar siendo malísima. Es como un círculo vicioso, no sé si me entendéis.
Lo que más me ha gustado de la película es el montón de caras conocidas que hay, y bueno, para qué negarlo, el montón de referencias que hay también hacia una de mis comedias tontas favoritas: 10 razones para odiarte. Entre las caras conocidas podemos encontrar a un Chris Evans morenazo que está horrible, al prota de Cómo conocí a vuestra madre, a la rubia de Me llamo Earl haciendo de animadora mala, el mítico negro Deon Richmond que no sé de qué me suena pero me suena de un montón de películas malas donde siempre hace del mítico negro, y Sam Huntington, que es un chico que cuando yo era adolescente me parecía muy mono. Ah! Y también sale Mr. T ... En cuanto a las referencias a 10 razones para odiarte, digamos que el argumento principal de la película se sostiene gracias al argumento de 10 razones, aunque también podemos encontrar las escenas míticas como la del poemita o la de la canción en las gradas del campo de fútbol.
Pero vamos, que a no ser que tengais muchísima curiosidad o que realmente os gusten las películas malas, haced como que no conocéis esta película y no la veáis nunca, porque... es un ojete de dromedario bastante hermoso.
24 jul 2010
Toy Story 3
Nunca he sido muy fan de esta saga. De hecho, de pequeña, a mi mejor amiga de entonces le encantaba Toy Story y yo no le veía la gracia. Ha sido gracias al máster de guión que cursé cuando mi afición por estos muñecos tan divertidos ha aparecido. Cuando he vuelto a ver con otros ojos las películas de Toy Story me he dado cuenta de que realmente son películas muy trabajadas que merecen muchísimo la pena. Por eso, desde hace unos meses, estaba esperando el día a que estrenaran, por fin, Toy Story 3. Peor habrá sido para los que llevaban esperándola diez años, aunque supongo que también la habrán disfrutado más.
La verdad es que estas películas de Toy Story siempre van un poco de lo mismo. Pero mira, da igual, porque lo hacen de una manera tan bonita, tan divertida y tan entrañable... que como si te explican el debate del estado de la nación. Como supongo que ya todos sabréis, las películas de Toy Story siempre tienen como tema principal la amistad. Luego, alrededor de esa base, se construyen otros argumentos: amor, aventuras... pero, como bien dice la canción insignia de estas películas, aquí se trata de buscar el amigo que puede haber en cada persona, o en cada juguete. Y sobre todo, saber que siempre podrás contar con él y que nunca te abandonará.
Los protagonistas inolvidables de esta trilogía, Woody y Buzz, esta vez tienen que afrontar uno de los problemas más gordos que deben de tener los juguetes: su dueño ya es mayor, se traslada a la universidad, y ya no siente nada por sus juguetes porque ahora le preocupan otras cosas. No obstante, no quiere tirarlos, y aunque decide guardarlos en el desván, por estas cosas que pasan en las películas acaban siendo donados a una guardería repleta de juguetes y de niños deseosos de tenerlos como nuevos amigos.
En esta tercera entrega aparecen un montón de personajes nuevos, todos ellos a la altura de los ya tan queridos por los fans Jeesie la vaquera, el matrimonio Mr. Potato, el cerdito, o mi favorito, el dinosaurio Rex. Los nuevos juguetes que conocerán nuestros protagonistas son de lo más sorprendentes, algunos en plan terrorífico y todo, y otros en plan hortera, como Ken, aunque también tiene su punto. Mi nuevo juguete favorito, sin duda alguna, son los guisantes. Quiero esos guisantes.
Lo que más me ha gustado de esta película, ha sido la experiencia de verla. Al igual que Andy, el niño que es propietario de todos los juguetes protagonistas, nosotros también hemos crecido, y podemos sentirnos totalmente identificados con él. Quizá para otro tipo de público no haya sido tan emotivo, pero a mí me ha llegado al corazoncito, y supongo que a aquellos que visteis la primera entrega de Toy Story más todavía, pues tanto Woody como Buzz formaron parte de vuestra infancia. He sentido hasta pena por mis juguetes y he recordado dónde habrán quedado todos aquellos muñecos que tan buenos ratos me hicieron pasar.
La película me ha parecido más adulta que las anteriores. Al igual que Andy alcanza su madurez, parece que la saga ya la ha alcanzado también, aunque no deja de tener esos toques de humor tan característicos de los personajes de Toy Story. Bueno, hay una "gracieta" que a mí me ha parecido algo excesiva en cuanto a "no sé si reir o estremecerme con esto", pero bueno.
De nuevo, Toy Story 3 no falla en el guión, sino que vuelve a mostrar una historia que parece bastante simple pero que está cargada de miniaventurillas y pequeños detalles y que funciona perfectamente. La película te atrapa enseguida y te introduce de lleno en la acción de la película. De nuevo nos presenta a unos personajes muy bien definidos y muy divertidos. De nuevo nos ofrece unos giros que hacen que se te escape algún ¡ay! en el cine y de nuevo hace que volvamos a desear con todas nuestras fuerzas que los juguetes consigan llegar a su destino. Lo mejor de esta tercera parte, a mi parecer, es todo aquello que apela directamente a nuestros sentimientos, y que busca en el espectador encontrando el niño que todos llevamos dentro y que se muere por jugar de nuevo con sus juguetes favoritos.
Seguro que los más fans están encantadísimos con este final, porque a mí la película me ha dejado más que satisfecha. He decidido ponerle un copón de película, y también aprovecho para recomendárosla, porque antes que ser una tercera parte de una entrañable saga, antes de ser una película de niños, es una buena película, y merece la pena verla.
La verdad es que estas películas de Toy Story siempre van un poco de lo mismo. Pero mira, da igual, porque lo hacen de una manera tan bonita, tan divertida y tan entrañable... que como si te explican el debate del estado de la nación. Como supongo que ya todos sabréis, las películas de Toy Story siempre tienen como tema principal la amistad. Luego, alrededor de esa base, se construyen otros argumentos: amor, aventuras... pero, como bien dice la canción insignia de estas películas, aquí se trata de buscar el amigo que puede haber en cada persona, o en cada juguete. Y sobre todo, saber que siempre podrás contar con él y que nunca te abandonará.
Los protagonistas inolvidables de esta trilogía, Woody y Buzz, esta vez tienen que afrontar uno de los problemas más gordos que deben de tener los juguetes: su dueño ya es mayor, se traslada a la universidad, y ya no siente nada por sus juguetes porque ahora le preocupan otras cosas. No obstante, no quiere tirarlos, y aunque decide guardarlos en el desván, por estas cosas que pasan en las películas acaban siendo donados a una guardería repleta de juguetes y de niños deseosos de tenerlos como nuevos amigos.
En esta tercera entrega aparecen un montón de personajes nuevos, todos ellos a la altura de los ya tan queridos por los fans Jeesie la vaquera, el matrimonio Mr. Potato, el cerdito, o mi favorito, el dinosaurio Rex. Los nuevos juguetes que conocerán nuestros protagonistas son de lo más sorprendentes, algunos en plan terrorífico y todo, y otros en plan hortera, como Ken, aunque también tiene su punto. Mi nuevo juguete favorito, sin duda alguna, son los guisantes. Quiero esos guisantes.
Lo que más me ha gustado de esta película, ha sido la experiencia de verla. Al igual que Andy, el niño que es propietario de todos los juguetes protagonistas, nosotros también hemos crecido, y podemos sentirnos totalmente identificados con él. Quizá para otro tipo de público no haya sido tan emotivo, pero a mí me ha llegado al corazoncito, y supongo que a aquellos que visteis la primera entrega de Toy Story más todavía, pues tanto Woody como Buzz formaron parte de vuestra infancia. He sentido hasta pena por mis juguetes y he recordado dónde habrán quedado todos aquellos muñecos que tan buenos ratos me hicieron pasar.
La película me ha parecido más adulta que las anteriores. Al igual que Andy alcanza su madurez, parece que la saga ya la ha alcanzado también, aunque no deja de tener esos toques de humor tan característicos de los personajes de Toy Story. Bueno, hay una "gracieta" que a mí me ha parecido algo excesiva en cuanto a "no sé si reir o estremecerme con esto", pero bueno.
De nuevo, Toy Story 3 no falla en el guión, sino que vuelve a mostrar una historia que parece bastante simple pero que está cargada de miniaventurillas y pequeños detalles y que funciona perfectamente. La película te atrapa enseguida y te introduce de lleno en la acción de la película. De nuevo nos presenta a unos personajes muy bien definidos y muy divertidos. De nuevo nos ofrece unos giros que hacen que se te escape algún ¡ay! en el cine y de nuevo hace que volvamos a desear con todas nuestras fuerzas que los juguetes consigan llegar a su destino. Lo mejor de esta tercera parte, a mi parecer, es todo aquello que apela directamente a nuestros sentimientos, y que busca en el espectador encontrando el niño que todos llevamos dentro y que se muere por jugar de nuevo con sus juguetes favoritos.
Seguro que los más fans están encantadísimos con este final, porque a mí la película me ha dejado más que satisfecha. He decidido ponerle un copón de película, y también aprovecho para recomendárosla, porque antes que ser una tercera parte de una entrañable saga, antes de ser una película de niños, es una buena película, y merece la pena verla.
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23 jul 2010
Como Dios
De pequeña mi actor favorito, sin duda alguna, era Jim Carrey. Me partía con él, me parecía un tipo supergracioso. No me perdí ni una de sus películas, ni siquiera la odiadísima (por mí) Un loco a domicilio, hasta que, de repente, un día, no sé si fue él o yo, pero algo cambió, y Jim me dejó de hacer tanta gracia. No obstante, como recuerdo de lo mucho que me reí yo con este hombre, siempre quedará Como Dios como "la última película" de Jim Carrey para mí, porque ha sido la última película de este actor con la que me he reído de verdad.
Y lo sigo haciendo, las cosas como son. Muchos dicen que Como Dios es una mala película, que no se sabe si quiere ser blasfemia o queire alabar a Dios. A mí todo eso me da igual. A mí lo que me importa es que Jim Carrey todavía sigue siendo un tontuelo y sigue enseñándonos su culo y haciendo cosas raras con la boca. Me da igual que el tema principal de la película sea Dios, en ningún momento siento que me estén vendiendo la religión católica. Simplemente me parece un pretexto. Realmente para mí esta es una historia de maduración y superación de un hombre que le echa siempre las culpas a Dios de lo mal que le va en la vida, y Dios, cansado de sus quejas, decide mostrarle lo difícil (o no) que es desempeñar su trabajo, así que le concede todos sus poderes al personaje protagonista, Bruce Nolan, que acaba descubriendo (de manera naaaada previsible) que tenerlo todo en esta vida no sirve de nada cuando no tienes lo que más quieres: l'amore.
Si por algo esta película me parece imprescindible y por algo me alegro de que se encuentre en mi colección de títulos originales en DVD es porque yo veo esta película de otro modo. Veo esta película como el paso de testigo de dos grandes maestros de la comedia estadounidense. En esta película sale un joven Steve Carell (que aunque más joven, parece más viejo) y protagoniza su primera escena de humor, que realmente es tronchante. En ella imita a Jim Carrey, se pone a su altura, y, de alguna manera, es como si Jim estuviera dando la alternativa a otra generación de cómicos y se estuviera despidiendo de sus típicas bobadas que hemos visto una y mil veces (y que a algunos aún nos siguen encantando). Lo mejor de todo es que ahora mismo Steve Carell es mi cómico favorito, por eso me gusta tanto esta película.
El guión es mucho mejor de lo que se puede esperar de una película de Jim Carrey. No se tira tanto de gags metidos a presión ni de movimientos faciales de Carrey y se le dedica más importancia a "lo que está escrito". Las interpretaciones, dentro de lo que cabe, son muy buenas, y cabe destacar la de Morgan Freeman como Dios, que le queda genial. Los efectos especiales están muy bien, y se nota que se han aprovechado de ellos aunque de una manera nada cargante.
No obstante, no deja de ser una comedia tontorrona, aunque a un nivel superior de las comedias tontorronas a las que EEUU nos tiene acostumbrados. Con dolor de mi corazón no sobrepasa el ojete de monico, aunque he de decir que esta película es uno de los mejores ojetes de monico que conozco. Por cierto, en la peli, del ojete de un malo sale un monico. Curioso...
Y lo sigo haciendo, las cosas como son. Muchos dicen que Como Dios es una mala película, que no se sabe si quiere ser blasfemia o queire alabar a Dios. A mí todo eso me da igual. A mí lo que me importa es que Jim Carrey todavía sigue siendo un tontuelo y sigue enseñándonos su culo y haciendo cosas raras con la boca. Me da igual que el tema principal de la película sea Dios, en ningún momento siento que me estén vendiendo la religión católica. Simplemente me parece un pretexto. Realmente para mí esta es una historia de maduración y superación de un hombre que le echa siempre las culpas a Dios de lo mal que le va en la vida, y Dios, cansado de sus quejas, decide mostrarle lo difícil (o no) que es desempeñar su trabajo, así que le concede todos sus poderes al personaje protagonista, Bruce Nolan, que acaba descubriendo (de manera naaaada previsible) que tenerlo todo en esta vida no sirve de nada cuando no tienes lo que más quieres: l'amore.
Si por algo esta película me parece imprescindible y por algo me alegro de que se encuentre en mi colección de títulos originales en DVD es porque yo veo esta película de otro modo. Veo esta película como el paso de testigo de dos grandes maestros de la comedia estadounidense. En esta película sale un joven Steve Carell (que aunque más joven, parece más viejo) y protagoniza su primera escena de humor, que realmente es tronchante. En ella imita a Jim Carrey, se pone a su altura, y, de alguna manera, es como si Jim estuviera dando la alternativa a otra generación de cómicos y se estuviera despidiendo de sus típicas bobadas que hemos visto una y mil veces (y que a algunos aún nos siguen encantando). Lo mejor de todo es que ahora mismo Steve Carell es mi cómico favorito, por eso me gusta tanto esta película.
El guión es mucho mejor de lo que se puede esperar de una película de Jim Carrey. No se tira tanto de gags metidos a presión ni de movimientos faciales de Carrey y se le dedica más importancia a "lo que está escrito". Las interpretaciones, dentro de lo que cabe, son muy buenas, y cabe destacar la de Morgan Freeman como Dios, que le queda genial. Los efectos especiales están muy bien, y se nota que se han aprovechado de ellos aunque de una manera nada cargante.
No obstante, no deja de ser una comedia tontorrona, aunque a un nivel superior de las comedias tontorronas a las que EEUU nos tiene acostumbrados. Con dolor de mi corazón no sobrepasa el ojete de monico, aunque he de decir que esta película es uno de los mejores ojetes de monico que conozco. Por cierto, en la peli, del ojete de un malo sale un monico. Curioso...
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19 jul 2010
La bestia con un millón de espaldas
Futurama nunca me ha parecido una serie como la copa de un pino, la verdad, pero sí me parece una serie muy divertida, por eso, más o menos, la he seguido desde hace muchos años, aunque tampoco en plan fanático. Y como la serie es muy entretenida, pensé que las películas que se han hecho sobre Futurama también lo serían. Vi la primera hace un año más o menos y sí me pareció original y graciosa, y por eso decidí ver la segunda. Pero esta segunda, titulada La bestia con un millón de espaldas, a mi parecer, ya tiene un bajón terrible y deja de estar a la altura de la serie.
La película resulta hasta caótica. Parece que todas las subtramas no están muy bien ligadas, aunque luego consiguen juntarse al final, pero durante el transcurso de la película realmente parece que te están contando tres historias diferentes que no sabes muy bien qué tienen que ver con la trama principal. Vamos, que el guión, bueno, bueno, no es, y tampoco es que sea de lo más gracioso. Aún así, la película tiene algún puntazo de los míticos de Futurama, aunque está muy por debajo de lo que podría esperarse de sus creadores.
En esta ocasión Fry y sus pintorescos amigos tienen que averiguar qué es y por qué se ha producido una extraña brecha en el cielo. Pero la cosa no acaba ahí, una vez que descubren qué es, descubren también a un monstruo, y al parecer el monstruo quiere apoderarse de la humanidad y... bueno... un montón de cosas más y con alguna sorpresa de por medio. Pero ni las sorpresas son tan sorprendentes, ni la película tan emocionante, ni nada de nada.
Lo peor de todo es que a ratos hasta aburre, cosa que no me esperaba yo de una serie como ésta. Se hace un poco pesada y creo que la culpa de todo es porque, como decía antes, no están bien encajadas sus tramas. Parece un conjunto de miniepisodios más que una película.
Y no puedo decir mucho más, aunque le daré una oportunidad al resto de películas que me quedan por ver de Futurama. La película me ha decepcionado bastante, así que se va a quedar con un raspadísimo ojete de monico, aunque igual se merecía hasta el de dromedario.
Cerraré mi comentario de hoy con la frase que cierra esta película, puesta en boca de Bender, y que me ha parecido casi lo más gracioso, o al menos lo que más conserva la esencia de esta serie: "Bender sabe lo que es el amor: el amor no se comparte con todo el mundo, amar es desconfiar, amar es temer, amar es exigir, amar es codiciar. Amigos míos, no existen los grandes amores sin que haya grandes celos."
La película resulta hasta caótica. Parece que todas las subtramas no están muy bien ligadas, aunque luego consiguen juntarse al final, pero durante el transcurso de la película realmente parece que te están contando tres historias diferentes que no sabes muy bien qué tienen que ver con la trama principal. Vamos, que el guión, bueno, bueno, no es, y tampoco es que sea de lo más gracioso. Aún así, la película tiene algún puntazo de los míticos de Futurama, aunque está muy por debajo de lo que podría esperarse de sus creadores.
En esta ocasión Fry y sus pintorescos amigos tienen que averiguar qué es y por qué se ha producido una extraña brecha en el cielo. Pero la cosa no acaba ahí, una vez que descubren qué es, descubren también a un monstruo, y al parecer el monstruo quiere apoderarse de la humanidad y... bueno... un montón de cosas más y con alguna sorpresa de por medio. Pero ni las sorpresas son tan sorprendentes, ni la película tan emocionante, ni nada de nada.
Lo peor de todo es que a ratos hasta aburre, cosa que no me esperaba yo de una serie como ésta. Se hace un poco pesada y creo que la culpa de todo es porque, como decía antes, no están bien encajadas sus tramas. Parece un conjunto de miniepisodios más que una película.
Y no puedo decir mucho más, aunque le daré una oportunidad al resto de películas que me quedan por ver de Futurama. La película me ha decepcionado bastante, así que se va a quedar con un raspadísimo ojete de monico, aunque igual se merecía hasta el de dromedario.
Cerraré mi comentario de hoy con la frase que cierra esta película, puesta en boca de Bender, y que me ha parecido casi lo más gracioso, o al menos lo que más conserva la esencia de esta serie: "Bender sabe lo que es el amor: el amor no se comparte con todo el mundo, amar es desconfiar, amar es temer, amar es exigir, amar es codiciar. Amigos míos, no existen los grandes amores sin que haya grandes celos."
17 jul 2010
El Orfanato
Al final el ciclo de cine no dio para más noches y se traslada a la última semana de Julio, que es cuando volveré a estar sola en mi hogar y podré volver a tener la tele grande del salón a mi entera disposición.
Pero, como de costumbre, en mi ordenador, sigo viendo películas, y esta vez le ha tocado el turno a El Orfanato, porque tenía ganas de darle un repasito. Recordaba que cuando la había visto en el cine me había sorprendido, y para bien, y cuando hace unos días volví a ver Spanish Movie, que centra parte de su argumento en la parodia de esta película, me dije a mí misma que había llegado el momento de volver a verla.
Lo primero que quiero decir es que este es el tipo de terror que me gusta a mí. Dentro del terror ya hay muchos subgéneros: que si vampiros, que si zombies, que si fantasmas, que si asesinos... Y bueno, sí, se podía decir que El Orfanato es una historia de fantasmas, pero yo diría que es una historia de terror realista, ya que su premisa parte de una idea tan real como terrorífica: ¿qué haces si tu hijo desaparece? Luego sí, aparece todo el lado fantasioso de la película, pero El Orfanato consigue tener siempre los pies en la tierra porque es de lo real de lo que se nutre, y no de mitos inventados.
Porque si analizamos esta película tomándola solo como película de fantasmas, entonces no tiene mucha miga, porque todas estas películas suelen ser iguales: que si una familia llega a una casa, que si hay ruidos raros, que si alguien dice ver algo, que si al final le siguen el juego y acaba habiendo algo de verdad, que si alguien murió trágicamente, que si todo se resuelve... La parte buena de El Orfanato es que, repito, no se queda en la típica historia de fantasmas, sino que se sirve de ella para contarnos una historia mucho más real, más cercana, más apasionante y, por qué no, más original.
Me encanta que el cine español se haya abierto tan agradablemente a otros géneros y que ya no sea reconocido solamente por sus dramones. Bayona hizo una película tan digna que fue incluso presentada para los Oscars, aunque luego no tuvo suerte, lo cual empieza a demostrar que las películas de terror pueden estar a la altura, en cuanto al cuidado técnico y también al trabajo artístico, de cualquier otro género. Sí, lo sé, hay ejemplos como El Resplandor o Psicosis que ya dejaron claro que el terror puede ser de gran calidad, pero en España todavía no se habían dado muchos casos.
Pero bueno, vamos a lo que vamos, que al final esta crítica solo me va a servir a mí de excusa para contaros mis ideas. Con la base de un guión bastante decente arranca esta película, que ya consigue desde los primeros minutos captar la atención del espectador y llenarle la cabeza de preguntas, además de desconertarlo y hacerle dudar constantemente de si se encuentra en el mundo de lo real o en el de la imaginación. El ritmo de esta película es muy bueno, y hace que casi sin darte cuenta quedes atrapado en su juego, o más bien el juego de los niños que viven en el orfanato, y que ya no puedas despegar el culo de tu sillón hasta que no sepas qué ha pasado realmente. Otro gran acierto de esta película es la sorpresa final. Generalmente las películas de terror suelen ser predecibles, pero las que tienen un último giro que, a la vez que explica y completa la historia, da una vuelta de tuerca al argumento son mucho más molonas, no me lo negaréis.
En cuanto a las interpretaciones, qué poco amante soy yo de Belén Rueda. Le tengo un poco de manía, la verdad, aunque la mujer ya se ha ganado un buen puesto en el cine español. Pero manías aparte hay que reconocer que se mete de lleno en su papel y ayuda a transmitir al espectador esa sensación de desasosiego contínua que lleva esta película. Y la del niño, Roger Príncep, también es destacable. Este niño me gusta un montón, espero que no se quede en Baby Jane y siga con su carrera adelante porque creo que realmente tiene talento. A modo de anécdota os contaré que el que hace de Simeón (parodia de Simón, el niño de El Orfanato) en Spanish Movie también sale en El Orfanato, aunque en un papel muy pequeñito.
La dirección de Bayona está a la altura de otros directores más importantes, como el mismo Guillermo del Toro, quien quiso producir esta película. Se nota mucho que hasta el más mínimo detalle ha sido calculado para que todo estuviera perfecto. Y hombre, perfecta perfecta esta película no es, pero el resultado ha sido muy satisfactorio.
Finalmente he decidido asignarle el copón de película, sobre todo por la originalidad, que es una de las cosas que más valoro cuando hablamos del terror, pero también, claro, por todo lo que os he ido contando. No es una joya, no pasará a la historia del cine de terror, y además se parece bastante a otras películas, lo cual no es bueno, pero cumple con sus objetivos y con mis expectativas, así que eso me parece más que suficiente para considerarla una buena película.
Pero, como de costumbre, en mi ordenador, sigo viendo películas, y esta vez le ha tocado el turno a El Orfanato, porque tenía ganas de darle un repasito. Recordaba que cuando la había visto en el cine me había sorprendido, y para bien, y cuando hace unos días volví a ver Spanish Movie, que centra parte de su argumento en la parodia de esta película, me dije a mí misma que había llegado el momento de volver a verla.
Lo primero que quiero decir es que este es el tipo de terror que me gusta a mí. Dentro del terror ya hay muchos subgéneros: que si vampiros, que si zombies, que si fantasmas, que si asesinos... Y bueno, sí, se podía decir que El Orfanato es una historia de fantasmas, pero yo diría que es una historia de terror realista, ya que su premisa parte de una idea tan real como terrorífica: ¿qué haces si tu hijo desaparece? Luego sí, aparece todo el lado fantasioso de la película, pero El Orfanato consigue tener siempre los pies en la tierra porque es de lo real de lo que se nutre, y no de mitos inventados.
Porque si analizamos esta película tomándola solo como película de fantasmas, entonces no tiene mucha miga, porque todas estas películas suelen ser iguales: que si una familia llega a una casa, que si hay ruidos raros, que si alguien dice ver algo, que si al final le siguen el juego y acaba habiendo algo de verdad, que si alguien murió trágicamente, que si todo se resuelve... La parte buena de El Orfanato es que, repito, no se queda en la típica historia de fantasmas, sino que se sirve de ella para contarnos una historia mucho más real, más cercana, más apasionante y, por qué no, más original.
Me encanta que el cine español se haya abierto tan agradablemente a otros géneros y que ya no sea reconocido solamente por sus dramones. Bayona hizo una película tan digna que fue incluso presentada para los Oscars, aunque luego no tuvo suerte, lo cual empieza a demostrar que las películas de terror pueden estar a la altura, en cuanto al cuidado técnico y también al trabajo artístico, de cualquier otro género. Sí, lo sé, hay ejemplos como El Resplandor o Psicosis que ya dejaron claro que el terror puede ser de gran calidad, pero en España todavía no se habían dado muchos casos.
Pero bueno, vamos a lo que vamos, que al final esta crítica solo me va a servir a mí de excusa para contaros mis ideas. Con la base de un guión bastante decente arranca esta película, que ya consigue desde los primeros minutos captar la atención del espectador y llenarle la cabeza de preguntas, además de desconertarlo y hacerle dudar constantemente de si se encuentra en el mundo de lo real o en el de la imaginación. El ritmo de esta película es muy bueno, y hace que casi sin darte cuenta quedes atrapado en su juego, o más bien el juego de los niños que viven en el orfanato, y que ya no puedas despegar el culo de tu sillón hasta que no sepas qué ha pasado realmente. Otro gran acierto de esta película es la sorpresa final. Generalmente las películas de terror suelen ser predecibles, pero las que tienen un último giro que, a la vez que explica y completa la historia, da una vuelta de tuerca al argumento son mucho más molonas, no me lo negaréis.
En cuanto a las interpretaciones, qué poco amante soy yo de Belén Rueda. Le tengo un poco de manía, la verdad, aunque la mujer ya se ha ganado un buen puesto en el cine español. Pero manías aparte hay que reconocer que se mete de lleno en su papel y ayuda a transmitir al espectador esa sensación de desasosiego contínua que lleva esta película. Y la del niño, Roger Príncep, también es destacable. Este niño me gusta un montón, espero que no se quede en Baby Jane y siga con su carrera adelante porque creo que realmente tiene talento. A modo de anécdota os contaré que el que hace de Simeón (parodia de Simón, el niño de El Orfanato) en Spanish Movie también sale en El Orfanato, aunque en un papel muy pequeñito.
La dirección de Bayona está a la altura de otros directores más importantes, como el mismo Guillermo del Toro, quien quiso producir esta película. Se nota mucho que hasta el más mínimo detalle ha sido calculado para que todo estuviera perfecto. Y hombre, perfecta perfecta esta película no es, pero el resultado ha sido muy satisfactorio.
Finalmente he decidido asignarle el copón de película, sobre todo por la originalidad, que es una de las cosas que más valoro cuando hablamos del terror, pero también, claro, por todo lo que os he ido contando. No es una joya, no pasará a la historia del cine de terror, y además se parece bastante a otras películas, lo cual no es bueno, pero cumple con sus objetivos y con mis expectativas, así que eso me parece más que suficiente para considerarla una buena película.
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16 jul 2010
Ciclo de cine "Casa Cepeda"
Día 2
Esta vez el ciclo de cine en casa se trasladó al cine de verdad porque nos apetecía ver la nueva de Shrek, que... se titula Shrek, felices para siempre. Cenamos unas, por cierto, deliciosas pizzas y al cine que nos fuimos.
Había yo leído varias críticas que ponían muy mal esta película. Bueno, qué me iba a esperar, la tercera ya me pareció bastante floja, pero aún así, seguía teniendo curiosidad. Por muy mala que fuera... malo sería también que no nos fuéramos a reir ni un momento. Y oye, cual es mi sorpresa cuando me veo a mí misma sentada en el cine y riéndome en muy pocos momentos, la verdad. Sí, tiene algún puntillo, pero nada comparado con el humor tan característico de las películas de este ogro. O de la primera y de la segunda película, más bien.
La historia sí, es floja floja, y los chistes, reguleros, y algunos tan cutres que en vez de reirte del chiste te reías de lo cutre que era y te acordabas del traductor que adaptó esos chistes a nuestra lengua castellana. Más o menos se nos viene a contar que Shrek, que es un machote, pues está hasta las narices de la rutina de cuidar a sus hijos y querer a su mujer, así que hace un trato con un mago para tener un día para él solito y poder volver a ser un ogro en condiciones. Pero luego se enreda la cosa y Shrek tiene que luchar por volver a conseguir el amor verdadero, que es de lo que van siempre estas películas.
Nos han vendido esta película como el capítulo final, y espero que así sea, porque si esta ya flojea bastante... no me quiero imaginar lo que vendrá. Pero confiaremos en los señores que le ponen títulos a las películas de Shrek y nos creeremos que sí, que por fin, este es el final de la saga, que por cierto, para ser un final, tampoco es para tanto.
Hombre, hay que reconocer que la película también tiene sus aciertos. Para empezar, el hecho de que en vez de seguir con la historia que tenían que contar, que ya no daba para más y de eso, supongo, se dieron cuenta en la tercera película, montarse un universo paralelo, hace más interesante la historia. Lo malo es que en ese universo alternativo en el que se ha colado Shrek tiene que volver a pasar todo lo que ya habíamos visto: hacerse amigo de Asno, conocer al Gato con Botas y, por supuesto, enamorar a la princesa Fiona. Así que claro, pierde toda la emoción.
En definitiva, salí del cine más contenta de lo que esperaba, porque me esperaba la mierda absoluta, las cosas como son, así que a poco que me dieran, me iban a subir el ánimo. Pero tengo que reconocer que la película no tiene nada de especial, que es bastante repetitiva y que ni siquiera ha conseguido crear a un nuevo personaje mítico para la saga, puesto que los nuevos de esta película tampoco tienen mucha gracia. Así que esta cuarta y última entrega de Shrek se queda con un ojete de monico.
Esta vez el ciclo de cine en casa se trasladó al cine de verdad porque nos apetecía ver la nueva de Shrek, que... se titula Shrek, felices para siempre. Cenamos unas, por cierto, deliciosas pizzas y al cine que nos fuimos.
Había yo leído varias críticas que ponían muy mal esta película. Bueno, qué me iba a esperar, la tercera ya me pareció bastante floja, pero aún así, seguía teniendo curiosidad. Por muy mala que fuera... malo sería también que no nos fuéramos a reir ni un momento. Y oye, cual es mi sorpresa cuando me veo a mí misma sentada en el cine y riéndome en muy pocos momentos, la verdad. Sí, tiene algún puntillo, pero nada comparado con el humor tan característico de las películas de este ogro. O de la primera y de la segunda película, más bien.
La historia sí, es floja floja, y los chistes, reguleros, y algunos tan cutres que en vez de reirte del chiste te reías de lo cutre que era y te acordabas del traductor que adaptó esos chistes a nuestra lengua castellana. Más o menos se nos viene a contar que Shrek, que es un machote, pues está hasta las narices de la rutina de cuidar a sus hijos y querer a su mujer, así que hace un trato con un mago para tener un día para él solito y poder volver a ser un ogro en condiciones. Pero luego se enreda la cosa y Shrek tiene que luchar por volver a conseguir el amor verdadero, que es de lo que van siempre estas películas.
Nos han vendido esta película como el capítulo final, y espero que así sea, porque si esta ya flojea bastante... no me quiero imaginar lo que vendrá. Pero confiaremos en los señores que le ponen títulos a las películas de Shrek y nos creeremos que sí, que por fin, este es el final de la saga, que por cierto, para ser un final, tampoco es para tanto.
Hombre, hay que reconocer que la película también tiene sus aciertos. Para empezar, el hecho de que en vez de seguir con la historia que tenían que contar, que ya no daba para más y de eso, supongo, se dieron cuenta en la tercera película, montarse un universo paralelo, hace más interesante la historia. Lo malo es que en ese universo alternativo en el que se ha colado Shrek tiene que volver a pasar todo lo que ya habíamos visto: hacerse amigo de Asno, conocer al Gato con Botas y, por supuesto, enamorar a la princesa Fiona. Así que claro, pierde toda la emoción.
En definitiva, salí del cine más contenta de lo que esperaba, porque me esperaba la mierda absoluta, las cosas como son, así que a poco que me dieran, me iban a subir el ánimo. Pero tengo que reconocer que la película no tiene nada de especial, que es bastante repetitiva y que ni siquiera ha conseguido crear a un nuevo personaje mítico para la saga, puesto que los nuevos de esta película tampoco tienen mucha gracia. Así que esta cuarta y última entrega de Shrek se queda con un ojete de monico.
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14 jul 2010
Ciclo de cine "Casa Cepeda"
Día 1
Aprovechando la soledad hogareña, ya que mis padres están de vacaciones, los muy perros, mientras yo me quedo aquí trabajando y levantando este país, decidí invitar a mi amigo cinéfilo Alberto a que me acompañara en una costumbre que ya es un clásico en mi: ¡¡ver películas en la supertele del salón cuando estoy sola en casa!!
Decidimos montar un ciclo de cine para darle una pasadita a la saga de Pesadilla en Elm Street, con motivo del estreno de la nueva película de Freddy, pero al final, una cosa llevó a la otra, y este ciclo de cine no tiene un hilo conductor claro.
Cuando ayer nos juntamos en ésta mi humilde morada, no sabíamos muy bien qué íbamos a ver, pero en cuanto Alberto me dijo que no había visto Celda 211, mi orgullo zamorano y mi orgullo cinéfilo, ambos al mismo tiempo, se sintieron heridos y le dije: "Pues hay que verla". Y la vimos.
¿Qué voy a decir yo de Celda 211 a estas alturas de la vida que no se haya dicho? Que es un peliculón como la copa de un pino, pero vamos, esto no es nada nuevo. Que se rodó en Zamora, cosa que siempre hace ilu, que tuve el placer de conocer a algunos de los actores, cosa que también hace ilu, que algunos de mis conocidos salen de extras en la película y lo dan todo... vamos, que Celda 211, para mí, ya es mucho más que una película.
Pero no solo guardo buen recuerdo de la película por todas las experiencias cinematográficas que me trajo a la vida, es que encima la tengo que recordar bien porque es un peliculón. Recuerdo que la primera vez que la ví salí emocionadísima del cine en muchísimos aspectos. Si algo tiene esta película es mucha fuerza, mucha tensión. Muchos son los que han dicho que el guión de esta película cojea y que tiene algunas cosas poco creíbles. Cierto, pero, ¿y qué?. ¿Acaso es creíble que un extraterrestre llegue a La Tierra y sea capaz de ganarse el cariño de una familia y vestirse, a su vez, de gitana, muy digno siempre? No, pero el espectador entra en el juego. Pues si tú entras en el juego de Celda 211, si dejas que te atrape, entonces podrás disfrutar de una experiencia única. El primer visionado es sorprendente y sobrecogedor, pero el segundo, al menos desde mi punto de vista, es todavía mejor. Es cuando puedes empezar a observar los detalles y a meterte en la historia desde diferentes puntos de vista. Total, que un copón de película, pero de los grandes.
Como estábamos de subidón, después de la celda nos dio por los muertos. Alberto me trajo unas cuantas películas para ver y yo acabé eligiendo una que no me sonaba de nada, pero que tenía buena pinta. Y además era de terror, que eso siempre tira, y, al parecer, también era una película de culto. Aunque por muy de culto que fuese yo nunca había oído hablar de ella, o al menos, no la recordaba.
La película en cuestión se llama Carnival of Souls, y es una película de terror de los años sesenta, de serie B, al parecer, aunque no me ha parecido nada cutre, y con una estética muy característica, que es lo que más me ha gustado de la película. A mí esas ojeras super negras del cine expresionista alemán siempre me han dado gustico.
Aunque la película no tiene mucha acción que digamos, y aunque es de terror, poco miedo pasa una, realmente me ha parecido una película interesante. Primero, porque creo que esta película ha servido de influencia a muchas otras del género que luego han sido lo más, y segundo, porque he sabido reconocer en ella también algunos rasgos de la tradición del terror en el cine. Bueno, y por reconocer, se puede reconocer hasta el final de Lost, pero eso ya sería salirse mucho del tiesto.
La cosa es que me alegro de haberla visto, porque creo que es una pieza clave en la historia del terror, aunque, como película, y más hoy en día que una ya lo ha visto casi todo, se me hizo un poco pesada. Así que la pobre, por ahora, se queda en un ojete de monico, y digo por ahora porque creo que algún día, sabiendo ya lo que hay en esa cinta, me gustaría volver a verla con otros ojos más críticos.
Y este ha sido el repaso al primer día del ciclo de cine "Casa Cepeda". Veremos a ver qué sorpresas nos depara esta noche.
Aprovechando la soledad hogareña, ya que mis padres están de vacaciones, los muy perros, mientras yo me quedo aquí trabajando y levantando este país, decidí invitar a mi amigo cinéfilo Alberto a que me acompañara en una costumbre que ya es un clásico en mi: ¡¡ver películas en la supertele del salón cuando estoy sola en casa!!
Decidimos montar un ciclo de cine para darle una pasadita a la saga de Pesadilla en Elm Street, con motivo del estreno de la nueva película de Freddy, pero al final, una cosa llevó a la otra, y este ciclo de cine no tiene un hilo conductor claro.
Cuando ayer nos juntamos en ésta mi humilde morada, no sabíamos muy bien qué íbamos a ver, pero en cuanto Alberto me dijo que no había visto Celda 211, mi orgullo zamorano y mi orgullo cinéfilo, ambos al mismo tiempo, se sintieron heridos y le dije: "Pues hay que verla". Y la vimos.
¿Qué voy a decir yo de Celda 211 a estas alturas de la vida que no se haya dicho? Que es un peliculón como la copa de un pino, pero vamos, esto no es nada nuevo. Que se rodó en Zamora, cosa que siempre hace ilu, que tuve el placer de conocer a algunos de los actores, cosa que también hace ilu, que algunos de mis conocidos salen de extras en la película y lo dan todo... vamos, que Celda 211, para mí, ya es mucho más que una película.
Pero no solo guardo buen recuerdo de la película por todas las experiencias cinematográficas que me trajo a la vida, es que encima la tengo que recordar bien porque es un peliculón. Recuerdo que la primera vez que la ví salí emocionadísima del cine en muchísimos aspectos. Si algo tiene esta película es mucha fuerza, mucha tensión. Muchos son los que han dicho que el guión de esta película cojea y que tiene algunas cosas poco creíbles. Cierto, pero, ¿y qué?. ¿Acaso es creíble que un extraterrestre llegue a La Tierra y sea capaz de ganarse el cariño de una familia y vestirse, a su vez, de gitana, muy digno siempre? No, pero el espectador entra en el juego. Pues si tú entras en el juego de Celda 211, si dejas que te atrape, entonces podrás disfrutar de una experiencia única. El primer visionado es sorprendente y sobrecogedor, pero el segundo, al menos desde mi punto de vista, es todavía mejor. Es cuando puedes empezar a observar los detalles y a meterte en la historia desde diferentes puntos de vista. Total, que un copón de película, pero de los grandes.
Como estábamos de subidón, después de la celda nos dio por los muertos. Alberto me trajo unas cuantas películas para ver y yo acabé eligiendo una que no me sonaba de nada, pero que tenía buena pinta. Y además era de terror, que eso siempre tira, y, al parecer, también era una película de culto. Aunque por muy de culto que fuese yo nunca había oído hablar de ella, o al menos, no la recordaba.
La película en cuestión se llama Carnival of Souls, y es una película de terror de los años sesenta, de serie B, al parecer, aunque no me ha parecido nada cutre, y con una estética muy característica, que es lo que más me ha gustado de la película. A mí esas ojeras super negras del cine expresionista alemán siempre me han dado gustico.
Aunque la película no tiene mucha acción que digamos, y aunque es de terror, poco miedo pasa una, realmente me ha parecido una película interesante. Primero, porque creo que esta película ha servido de influencia a muchas otras del género que luego han sido lo más, y segundo, porque he sabido reconocer en ella también algunos rasgos de la tradición del terror en el cine. Bueno, y por reconocer, se puede reconocer hasta el final de Lost, pero eso ya sería salirse mucho del tiesto.
La cosa es que me alegro de haberla visto, porque creo que es una pieza clave en la historia del terror, aunque, como película, y más hoy en día que una ya lo ha visto casi todo, se me hizo un poco pesada. Así que la pobre, por ahora, se queda en un ojete de monico, y digo por ahora porque creo que algún día, sabiendo ya lo que hay en esa cinta, me gustaría volver a verla con otros ojos más críticos.
Y este ha sido el repaso al primer día del ciclo de cine "Casa Cepeda". Veremos a ver qué sorpresas nos depara esta noche.
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13 jul 2010
Wall-E
Recuerdo que la primera vez que vi esta película, en el cine, salí absolutamente maravillada. Me habían dado algo que yo no había pedido. Yo iba dispuesta a ver una película de Disney, infantil, con muchos toques graciosos, y me dieron una obra maestra que no me esperaba.
Ya me parecía a mí que en Buscando a Nemo se empezaba a ver algo diferente en las películas de Disney Pixar, pero con Wall-E me quedó completamente claro y con Up me reafirmé, por si todavía me quedaba alguna duda. Parece que Disney ya no es una fábrica de sueños, ahora es una fábrica de cine de calidad y de películas inolvidables.
Muchos son los que han hablado de los primeros minutos de la película, en los que apenas hay diálogo, y que ya forman parte de la historia del cine. Yo voy más allá y voy a hablaros de la película entera. Wall-E es la historia de un pequeño robot que lleva un montón de tiempo limpiando el planeta porque los humanos lo dejaron tan lleno de basura que tuvieron que abandonar La Tierra. Un día conoce a Eva, una robota que viene a buscar signos de nueva vida terrestre y Wall-E, que es un robot superguay, decide enseñarle cómo es su mundo, qué cosas le gustan y cómo vive por aquí.
Wall-E se ha ganado un lugar en mi corazoncito, en el hueco dedicado a los personajes más entrañables de la historia del cine. Con apenas unos sonidos y un sinfín de expersiones faciales y corporales tan divertidas como conmovedoras Wall-E logra darse a entender y transmitirnos toda la bondad y el amor que es capaz de sentir, siendo tan solo un robot de limpieza, recordándonos, a los que nos describimos como apenas románticos, que no hay nada mejor que darlo todo por amor.
Con un guión excelente, con escenas que jamás olvidaré y un montón de guiños a otras grandes películas, un gran trabajo en la construcción de personajes y, sobre todo, una animación alucinante, Wall-E se coloca en un puesto más que digno y consigue el recopetín de película.
Ya me parecía a mí que en Buscando a Nemo se empezaba a ver algo diferente en las películas de Disney Pixar, pero con Wall-E me quedó completamente claro y con Up me reafirmé, por si todavía me quedaba alguna duda. Parece que Disney ya no es una fábrica de sueños, ahora es una fábrica de cine de calidad y de películas inolvidables.
Muchos son los que han hablado de los primeros minutos de la película, en los que apenas hay diálogo, y que ya forman parte de la historia del cine. Yo voy más allá y voy a hablaros de la película entera. Wall-E es la historia de un pequeño robot que lleva un montón de tiempo limpiando el planeta porque los humanos lo dejaron tan lleno de basura que tuvieron que abandonar La Tierra. Un día conoce a Eva, una robota que viene a buscar signos de nueva vida terrestre y Wall-E, que es un robot superguay, decide enseñarle cómo es su mundo, qué cosas le gustan y cómo vive por aquí.
Así arranca la historia de amor... bueno, quizá exagero si digo más maravillosa que nos ha mostrado el cine, pero no exageraría si dijera que está entre las más bonitas. Para muchos Wall-E es un canto a la ecología (por cierto, con el DVD edición especial regalan unas semillas para que plantes un árbol), un ultimatum a la humanidad, una crítica a la sociedad actual, una metáfora sobre la política, una peli que homenajea el cine... para mí Wall-E es una tremenda historia de amor, y con eso me quedo, porque sólo con eso ya consigue emocionarme como ninguna otra película lo había hecho desde hace bastante tiempo. No obstante, esta película tiene una infinidad de capas e interpretaciones, no es sólo una historia de amor, sólo digo que yo me quedo con esa parte.
Wall-E se ha ganado un lugar en mi corazoncito, en el hueco dedicado a los personajes más entrañables de la historia del cine. Con apenas unos sonidos y un sinfín de expersiones faciales y corporales tan divertidas como conmovedoras Wall-E logra darse a entender y transmitirnos toda la bondad y el amor que es capaz de sentir, siendo tan solo un robot de limpieza, recordándonos, a los que nos describimos como apenas románticos, que no hay nada mejor que darlo todo por amor.
Con un guión excelente, con escenas que jamás olvidaré y un montón de guiños a otras grandes películas, un gran trabajo en la construcción de personajes y, sobre todo, una animación alucinante, Wall-E se coloca en un puesto más que digno y consigue el recopetín de película.
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11 jul 2010
Como la vida misma
Como ya os he dicho, ahora estoy en esa etapa de mi vida en la que idolatro a Steve Carell, así que, poco a poco, me estoy viendo su filmografía. Esta vez le ha tocado el turno a una comedia muy diferente de lo que Carell suele hacer: Como la vida misma.
Esta vez la comedia está mucho más contenida, y en vez de buscar la carcajada se busca la sonrisa. En esta película la comedia se va mezclando con el drama constantemente, pero ambos extremos están lo suficientemente bien entretejidos para que nada se pase de melancólico, para que todo sea natural, como la vida misma.
De hecho, es tan natural, que a mí al principio se me hacía un poco rara. Parecía que no pasaba nada, y bueno, mucho tampoco pasa. Realmente esta película cuenta la historia de una familia que se reune un fin de semana en la casa de los abuelos y lo que allí sucede no se sale de lo común en ningún sentido. Pero debajo de esa historia cotidiana se va fraguando una fuerte historia de amor que es el punto fuerte de esta película.
Esta vez la comedia está mucho más contenida, y en vez de buscar la carcajada se busca la sonrisa. En esta película la comedia se va mezclando con el drama constantemente, pero ambos extremos están lo suficientemente bien entretejidos para que nada se pase de melancólico, para que todo sea natural, como la vida misma.
De hecho, es tan natural, que a mí al principio se me hacía un poco rara. Parecía que no pasaba nada, y bueno, mucho tampoco pasa. Realmente esta película cuenta la historia de una familia que se reune un fin de semana en la casa de los abuelos y lo que allí sucede no se sale de lo común en ningún sentido. Pero debajo de esa historia cotidiana se va fraguando una fuerte historia de amor que es el punto fuerte de esta película.
Aunque lo mejor de esta película, desde mi punto de vista, no es la historia del protagonista y su mundo interior, si no la de su hija adolescente, que cree firmemente en el amor y lo demuestra estando completamente enamorada hasta la locura de un chico al que conoce... desde hace tres días. Los puntos fuertes de esta comedia están en el personaje de esta chica, mientras que los más románticos se los lleva Carell, que en esta película tiene que luchar entre lo que siente por una mujer y lo que siente por su hermano (amor fraternal, quiero decir) que, casualmente, es el novio de esa mujer.
Es de agradecer que por fin empiecen a llegar nuevas comedias románticas a las pantallas americanas, y, por consiguente, a las españolas. Yo, personalmente, ya estoy bastante cansada de los típicos títulos vomitivos protagonizados en su mayoría por Jennifer Aniston, y aunque parecía que la nueva corriente romanticona estadounidense se decantaba por el joven pringadete al que nunca el cine le había prestado atención, también se dan casos, como en esta película, en los que podemos ver al cuarentón pringadete, que tampoco está nada mal.
Una película muy sencilla, pero muy cuidada, cargada de pequeños detalles, que sin contarnos nada del otro mundo consigue aflorar nuestros sentimientos y recordarnos que las historias de amor aún siguen ahí, y, lo mejor de todo, aún queda alguna interesante que contar. Aunque he estado decidiéndome entre si darle el ojete o no, finalmente le voy a asignar un copón de película, primero, por estar protagonizada por Steve Carell, y segundo, por el buen rollo que desprende.
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7 jul 2010
My Fair Lady
Uno de los géneros cinematográficos que más me gustan es el musical, así que era prácticamente inadmisible, que a estas alturas de mi vida, aún no hubiera visto My Fair Lady, uno de los más famosos y aclamados. La verdad es que tanto vestido mono y tanta ñoñería me tiraba un poco para atrás, pero no podía seguir sin conocer tan famosa película.
Sin yo sospecharlo, como a veces suele suceder, hace un par de noches mi cuerpo me pidió ponerme a ver esta película. Ya he contado más veces que tengo amontonadas un montón de películas que aún no he visto y que llevan esperando por mí, en algunos casos, más de un año, y que de repente un día me apetecen más que ninguna otra. Algo así me pasó con ésta.
En un primer momento me llevé una grata sorpresa con la bella dama. Aunque sabía que estaba inspirada en la obra literaria Pigmalión, y por lo tanto, conocía más o menos el argumento principal de esta película, la increíble interpretación de Audrey Hepburn como chica... de la calle, pobre y malhablada auydó muchísimo a hacer los primeros minutos de la película realmente divertidos.
Por si alguno aún no lo sabe, My Fair Lady trata de un hombre que estudia fonética que se cruza con una chica pobre que habla un inglés completamente vulgar, además de no tener modales. El hombre decide apostar con un amigo a que enseñará fonética a la chica y conseguirá que tenga un inglés tan excepcional que pueda pasar por una princesa.
Como premisa, me parece muy divertida. Además, qué queréis que os diga, a mí esto de la fonética y la lengua me tira bastante, como buena filóloga que es una, y, repito, ver actuar tan bien a Hepburn y descubrir que realmente era una mujer muy cómica fue muy gratificante. Pero entonces la película pasó de ser una comedia en la que ciertos tipos de personaje, como el señorito mimado machista que es el protagonista masculino, se soportaban, a ser otra cosa bastante diferente en la que Audrey ya no era tan graciosa pero el profesor se seguía comportando igual de mal con ella. Aunque el final suaviza un poco el tono machista y completamente misógino que respira la película, a mí me ha dejado un regustillo bastante malo en ese aspecto. Pero no soltaré un discurso feminista ahora, digamos, simplemente, que eran otros tiempos, aunque me parece muy fuerte que la última frase de la película sea "Elisa, ¿dónde están mis zapatillas?". Y no quiero simbolismos aquí.
Por otra parte, lo que sí debo destacar es la parte artística de la película. Tanto la dirección artística como el diseño de vestuario me han parecido magníficos. Realmente increíbles. A veces me parecía, incluso, que estaba en una película de Burton. Y tengo mis argumentos, ¿eh?, no penséis que deliro. Otras veces me parecía que estaba en Mary Poppins. Y hablando de Mary Poppins, que era mi película favorita de la infancia, por cierto. Sé que las comparaciones son odiosas, pero no he podido por menos de comparar una y otra vez My Fair Lady con la famosa película de la niñera que vuela con su paraguas. Además, las dos películas se hicieron el mismo año, y yo... a lo mejor no soy objetiva, pero tanto como buena película y sobre todo, como buen musical, Mary Poppins me parece mucho mejor.
My Fair Lady será todo lo explendorosa que queráis, será todo lo hollywoodiense que pudiera serlo, pero a mí me da un tufillo bastante raro, como a naftalina, y como a Michael y a Jane Banks, a mí ese olor me desagrada. Como musical me ha decepcionado muchísimo, la música, a mi parecer, no tiene nada de especial en la película, en ningún momento, y las canciones son bastante ridículas. Por primera vez tengo que decir de un musical que éste habría ganado mucho más sin música.
En definitiva, My Fair Lady no se ha convertido en un clásico inolvidable para mí. La recordaré, si acaso, como película interesante, a ratos divertida y con algún toque distinguido... (como el padre de Elisa, que me parece el mejor personaje de toda la película) pero vamos... no entiendo a quienes la idolatran porque no he sabido, quizás, ver nada especial en ella. Para mí se ha quedado en un ojete de monico, y ahí se quedará por mucho tiempo, porque muchas ganas me tienen que dar a mí para volver a meterme las casi tres horas de esta película.
Sin yo sospecharlo, como a veces suele suceder, hace un par de noches mi cuerpo me pidió ponerme a ver esta película. Ya he contado más veces que tengo amontonadas un montón de películas que aún no he visto y que llevan esperando por mí, en algunos casos, más de un año, y que de repente un día me apetecen más que ninguna otra. Algo así me pasó con ésta.
En un primer momento me llevé una grata sorpresa con la bella dama. Aunque sabía que estaba inspirada en la obra literaria Pigmalión, y por lo tanto, conocía más o menos el argumento principal de esta película, la increíble interpretación de Audrey Hepburn como chica... de la calle, pobre y malhablada auydó muchísimo a hacer los primeros minutos de la película realmente divertidos.
Por si alguno aún no lo sabe, My Fair Lady trata de un hombre que estudia fonética que se cruza con una chica pobre que habla un inglés completamente vulgar, además de no tener modales. El hombre decide apostar con un amigo a que enseñará fonética a la chica y conseguirá que tenga un inglés tan excepcional que pueda pasar por una princesa.
Por otra parte, lo que sí debo destacar es la parte artística de la película. Tanto la dirección artística como el diseño de vestuario me han parecido magníficos. Realmente increíbles. A veces me parecía, incluso, que estaba en una película de Burton. Y tengo mis argumentos, ¿eh?, no penséis que deliro. Otras veces me parecía que estaba en Mary Poppins. Y hablando de Mary Poppins, que era mi película favorita de la infancia, por cierto. Sé que las comparaciones son odiosas, pero no he podido por menos de comparar una y otra vez My Fair Lady con la famosa película de la niñera que vuela con su paraguas. Además, las dos películas se hicieron el mismo año, y yo... a lo mejor no soy objetiva, pero tanto como buena película y sobre todo, como buen musical, Mary Poppins me parece mucho mejor.
My Fair Lady será todo lo explendorosa que queráis, será todo lo hollywoodiense que pudiera serlo, pero a mí me da un tufillo bastante raro, como a naftalina, y como a Michael y a Jane Banks, a mí ese olor me desagrada. Como musical me ha decepcionado muchísimo, la música, a mi parecer, no tiene nada de especial en la película, en ningún momento, y las canciones son bastante ridículas. Por primera vez tengo que decir de un musical que éste habría ganado mucho más sin música.
En definitiva, My Fair Lady no se ha convertido en un clásico inolvidable para mí. La recordaré, si acaso, como película interesante, a ratos divertida y con algún toque distinguido... (como el padre de Elisa, que me parece el mejor personaje de toda la película) pero vamos... no entiendo a quienes la idolatran porque no he sabido, quizás, ver nada especial en ella. Para mí se ha quedado en un ojete de monico, y ahí se quedará por mucho tiempo, porque muchas ganas me tienen que dar a mí para volver a meterme las casi tres horas de esta película.
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5 jul 2010
Kick Ass
Una de las primeras preguntas que plantea esta película es: ¿Quién no ha soñado alguna vez con ser un superhéroe? Pues mal empezábamos Kick Ass y yo, porque yo me he imaginado de monja, pero fijáos que de superheroína nunca. Y es que realmente este tipo de personaje fantástico nunca me ha llamado la atención lo más mínimo. No los menosprecio, no. Lo que pasa es que yo nunca he sido amante de la fantasía en general y menos aún de los comics, que es donde más superhéroes se crían.
No obstante, de un tiempo a esta parte me estoy dando cuenta de que el cine de superhéroes me gusta. No me apasiona, pero me entretiene un montón. Ya me puedo declarar superfan de Batman, aunque, eso sí, sólo del Batman de Nolan, y ahora creo que también me voy a tener que declarar superfan de Kick Ass.
Como vi que esta película recibía muy buenas críticas y algunos amigos me la recomendaron, decidí darle una oportunidad. Lo que más me echaba para atrás de esta peli era la presencia de Nicolas Cage, que es un actor superbipolar, porque tan pronto te borda un papel y lo amas como destroza a un personaje y lo odias. Pero lo que más me echaba para adelante era ver la historia del típico pringado que quiere ser superhéroe y le caen hostias como panes.
Intenté mantenerme alejada del argumento general de esta película para acercarme a ella sin saber prácticamente de qué iba, y lo conseguí. Así, me senté a verla sin saber por dónde me iban a sorprender, y... qué bien que hice, porque así, a los cinco minutos, ya estaba completamente sorprendida y flipando con la peli.
La verdad es que me costó un poco entrar en la película. Me estaba gustando, sí, pero rompía tantos tópicos y era tan diferente a lo que había visto que me estaba echando un poco para atrás. Pero coñe, me estaba diviertiendo, así que me dije a mi misma: cambia el chip right now porque esta película tiene pinta de ser de lo mejorcito. Y entonces salió McLovin y ya es cuando dije: esto no puede ser malo.
Kick Ass ha resultado para mí ser una gran sorpresa y una película que ejemplifica el tipo de cine que más me gusta. Una comedia, sobre todo, porque ahora lo que más me gusta es la comedia. Una comedia algo bruta, con muchas leches, un chico mono y sangre por todas partes. Con estos cuatro ingredientes me basta para ser feliz. Bueno, y añadiría un quinto elemento también, que es la banda sonora, que en esta película también es de destacar.
Es que realmente Kick Ass no tiene nada malo. El guión no me parece sobresaliente, pero está claro que no está dejado de la mano de Dios, y cuenta con puntazos superinteresantes. Aún siendo una película previsible, en cuanto a que te puedes imaginar quién va a ganar al final, la película consigue sorprenderte y eso siempre es de agradecer. Los actores están geniales, hasta Nicolas Cage, y el casting es bastante elegante. Esta moda que reina ahora en Estados Unidos de elegir protagonistas feapos de estos que si vieras por la calle pasarías pero que como los ves en la gran pantalla te parecen supermonos me gusta bastante. Y el protagonista de esta peli sí, es bastante supermono. La dirección es fantástica y la realización genial. ¡Hasta la fotografía me ha llamado la atención, y el uso de los colores! Hay escenas curradísimas que demuestran que en esta película todo detalle está cuidado y calculado al milímetro.
Ya he visto que se va a rodar una segunda parte, y con ganas la esperaré, porque Kick Ass me ha parecido un elegantísimo copón de película, y creo que sus personajes, logradísimos, pueden dar mucho más juego.
No obstante, de un tiempo a esta parte me estoy dando cuenta de que el cine de superhéroes me gusta. No me apasiona, pero me entretiene un montón. Ya me puedo declarar superfan de Batman, aunque, eso sí, sólo del Batman de Nolan, y ahora creo que también me voy a tener que declarar superfan de Kick Ass.
Como vi que esta película recibía muy buenas críticas y algunos amigos me la recomendaron, decidí darle una oportunidad. Lo que más me echaba para atrás de esta peli era la presencia de Nicolas Cage, que es un actor superbipolar, porque tan pronto te borda un papel y lo amas como destroza a un personaje y lo odias. Pero lo que más me echaba para adelante era ver la historia del típico pringado que quiere ser superhéroe y le caen hostias como panes.
Intenté mantenerme alejada del argumento general de esta película para acercarme a ella sin saber prácticamente de qué iba, y lo conseguí. Así, me senté a verla sin saber por dónde me iban a sorprender, y... qué bien que hice, porque así, a los cinco minutos, ya estaba completamente sorprendida y flipando con la peli.
La verdad es que me costó un poco entrar en la película. Me estaba gustando, sí, pero rompía tantos tópicos y era tan diferente a lo que había visto que me estaba echando un poco para atrás. Pero coñe, me estaba diviertiendo, así que me dije a mi misma: cambia el chip right now porque esta película tiene pinta de ser de lo mejorcito. Y entonces salió McLovin y ya es cuando dije: esto no puede ser malo.
Kick Ass ha resultado para mí ser una gran sorpresa y una película que ejemplifica el tipo de cine que más me gusta. Una comedia, sobre todo, porque ahora lo que más me gusta es la comedia. Una comedia algo bruta, con muchas leches, un chico mono y sangre por todas partes. Con estos cuatro ingredientes me basta para ser feliz. Bueno, y añadiría un quinto elemento también, que es la banda sonora, que en esta película también es de destacar.
Es que realmente Kick Ass no tiene nada malo. El guión no me parece sobresaliente, pero está claro que no está dejado de la mano de Dios, y cuenta con puntazos superinteresantes. Aún siendo una película previsible, en cuanto a que te puedes imaginar quién va a ganar al final, la película consigue sorprenderte y eso siempre es de agradecer. Los actores están geniales, hasta Nicolas Cage, y el casting es bastante elegante. Esta moda que reina ahora en Estados Unidos de elegir protagonistas feapos de estos que si vieras por la calle pasarías pero que como los ves en la gran pantalla te parecen supermonos me gusta bastante. Y el protagonista de esta peli sí, es bastante supermono. La dirección es fantástica y la realización genial. ¡Hasta la fotografía me ha llamado la atención, y el uso de los colores! Hay escenas curradísimas que demuestran que en esta película todo detalle está cuidado y calculado al milímetro.
Ya he visto que se va a rodar una segunda parte, y con ganas la esperaré, porque Kick Ass me ha parecido un elegantísimo copón de película, y creo que sus personajes, logradísimos, pueden dar mucho más juego.
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3 jul 2010
Spanish Movie
Cuando me enteré de que una película como ésta iba a rodarse en España, me pareció una noticia de lo más fantástica. Sí, sé que como amante del cine, debería odiar este tipo de películas que solo buscan ganarse los dineros y que no tienen ningún tipo de interés artístico, pero como muchos ya sabéis, aquí la menda es un poco gilipó, y este tipo de comedias le han gustado de toda la vida.
Me he tragado todas las Scarys Movies americanas, las Epics, las Superhero, las Disaster... así que ésta no podía ser menos. Además, el hecho de que contase con la presencia delante de las cámaras de actores de Muchachada Nui no era otra cosa que un gran punto a favor.
Bueno, pues fui a verla al cine, y lejos de salir decepcionada, como iba esperándome una gran caca de la vaca, salí encantadísima, tanto, que me moría de ganas de volver a verla, pero no de volver a pagar, claro. Así que dedicí esperarme a que saliera en dvd para conseguirla con una calidad aceptable. Sí, la verdad, debo de ser de las pocas personas que en medio año ya se ha tragado esta película dos veces.
En este segundo visionado, como los chistes ya no me pillaban de primeras, pensé que mi opinión respecto a la película cambiaría, pero qué va. Me sigue pareciendo igual de graciosa e igual de digna, dentro de lo que cabe, claro. Es decir, a esta película la voy a calificar dentro del conjunto de las movies o películas paródicas, no como una película seria como Dios manda.
Voy a empezar alabando el guión. Y es que, queridos lectores, el guión lo ha escrito el que es ahora, desde mi humilde punto de vista, el mejor guionista español vivo: Paco Cabezas. Soy superfan. Me parece un hombre genial, con mucho talento, y además, un friki de cojones, cosa que demuestra en la mayoría de sus películas. Spanish Movie tiene unas grandes interpretaciones, una buena dirección, un buen montaje, unos buenos efectos especiales.... pero Spanish Movie ya es buena desde el guión. Las mejores cosas que tiene, las mejores gracias, los mejores chistes, los mejores gags, las mejores referencias, vienen dadas por el guionista. Vamos, es que la película me parece acojonante, porque no hay ni una sola escena que no tenga referencias al cine español, o, en su defecto, a una gran frikada, y eso siempre gusta. El guión me parece maravilloso, además de que se nota que está muy trabajado. Es muy complicado haber sabido hilar un montón de escenas de diferentes películas, de diferentes personajes para hacer una película con un mínimo sentido.
Guión aparte, me gustaría hacer mención también a las grandes interpretaciones, sobre todo de los actores protagonistas: Silvia Abril, que está absolutamente increíble y se merecía varios premios, Alexandra Jiménez que no sabía yo que era ella tan graciosa, y Carlos Areces, que... qué voy a decir yo de Carlos Areces. Es un grande. El que más me ha decepcionado, fíjate tú, es Joaquín Reyes. De él siempre me espero más.
Lo que no me gusta, para que no sean todo alabanzas, es la parte americana de la película. Por un lado está Leslie Nielsen, que no me molesta en absoluto aunque su aparición tampoco supone nada del otro mundo. Me parece, de hecho, un acierto haberle metido en esta película, pues él suele salir en muchas comedias de este tipo, por no decir que él es pionero de este tipo de películas. Pero el tema de Superman ya... como que no. Si absolutamente todo de lo que se nutre esta película es español, yo me hubiera cargado la escena a lo Superman...
En definitiva, que me parece una comedia muy apetecible, para pasar un rato muy divertido. Eso sí, también me parece una película que solo debería ser apta para conocedores del cine patrio, porque la verdad, muchas de las mejores gracietas de la película están en los pequeños detalles que hacen referencia a famosas películas españolas.
No obstante, no me gustaría despedir el artículo de hoy sin decir que ojalá no haya secuelas. Es verdad que ésta ha sido todo un acierto, pero creo que ya se han explotado lo suficiente los éxitos cinematográficos españoles. Quizá solo me gustaría ver una secuela de cine más antiguo, del destape o de las películas de Paco Martínez Soria, pero... vamos, que aunque es probable que dentro de poco empiecen a oírse noticias de una posible Spanish Movie 2... a mí me gustaría que dejaran las cosas como están. Aunque le doy un ojete de monico, porque hay que ser realista, creo que esta película es lo mejor que se puede hacer dentro de este tipo de cine, y que si viene una segunda parte, es imposible que supere a esta primera.
Me he tragado todas las Scarys Movies americanas, las Epics, las Superhero, las Disaster... así que ésta no podía ser menos. Además, el hecho de que contase con la presencia delante de las cámaras de actores de Muchachada Nui no era otra cosa que un gran punto a favor.
Bueno, pues fui a verla al cine, y lejos de salir decepcionada, como iba esperándome una gran caca de la vaca, salí encantadísima, tanto, que me moría de ganas de volver a verla, pero no de volver a pagar, claro. Así que dedicí esperarme a que saliera en dvd para conseguirla con una calidad aceptable. Sí, la verdad, debo de ser de las pocas personas que en medio año ya se ha tragado esta película dos veces.
En este segundo visionado, como los chistes ya no me pillaban de primeras, pensé que mi opinión respecto a la película cambiaría, pero qué va. Me sigue pareciendo igual de graciosa e igual de digna, dentro de lo que cabe, claro. Es decir, a esta película la voy a calificar dentro del conjunto de las movies o películas paródicas, no como una película seria como Dios manda.
Voy a empezar alabando el guión. Y es que, queridos lectores, el guión lo ha escrito el que es ahora, desde mi humilde punto de vista, el mejor guionista español vivo: Paco Cabezas. Soy superfan. Me parece un hombre genial, con mucho talento, y además, un friki de cojones, cosa que demuestra en la mayoría de sus películas. Spanish Movie tiene unas grandes interpretaciones, una buena dirección, un buen montaje, unos buenos efectos especiales.... pero Spanish Movie ya es buena desde el guión. Las mejores cosas que tiene, las mejores gracias, los mejores chistes, los mejores gags, las mejores referencias, vienen dadas por el guionista. Vamos, es que la película me parece acojonante, porque no hay ni una sola escena que no tenga referencias al cine español, o, en su defecto, a una gran frikada, y eso siempre gusta. El guión me parece maravilloso, además de que se nota que está muy trabajado. Es muy complicado haber sabido hilar un montón de escenas de diferentes películas, de diferentes personajes para hacer una película con un mínimo sentido.
Guión aparte, me gustaría hacer mención también a las grandes interpretaciones, sobre todo de los actores protagonistas: Silvia Abril, que está absolutamente increíble y se merecía varios premios, Alexandra Jiménez que no sabía yo que era ella tan graciosa, y Carlos Areces, que... qué voy a decir yo de Carlos Areces. Es un grande. El que más me ha decepcionado, fíjate tú, es Joaquín Reyes. De él siempre me espero más.
Lo que no me gusta, para que no sean todo alabanzas, es la parte americana de la película. Por un lado está Leslie Nielsen, que no me molesta en absoluto aunque su aparición tampoco supone nada del otro mundo. Me parece, de hecho, un acierto haberle metido en esta película, pues él suele salir en muchas comedias de este tipo, por no decir que él es pionero de este tipo de películas. Pero el tema de Superman ya... como que no. Si absolutamente todo de lo que se nutre esta película es español, yo me hubiera cargado la escena a lo Superman...
En definitiva, que me parece una comedia muy apetecible, para pasar un rato muy divertido. Eso sí, también me parece una película que solo debería ser apta para conocedores del cine patrio, porque la verdad, muchas de las mejores gracietas de la película están en los pequeños detalles que hacen referencia a famosas películas españolas.
No obstante, no me gustaría despedir el artículo de hoy sin decir que ojalá no haya secuelas. Es verdad que ésta ha sido todo un acierto, pero creo que ya se han explotado lo suficiente los éxitos cinematográficos españoles. Quizá solo me gustaría ver una secuela de cine más antiguo, del destape o de las películas de Paco Martínez Soria, pero... vamos, que aunque es probable que dentro de poco empiecen a oírse noticias de una posible Spanish Movie 2... a mí me gustaría que dejaran las cosas como están. Aunque le doy un ojete de monico, porque hay que ser realista, creo que esta película es lo mejor que se puede hacer dentro de este tipo de cine, y que si viene una segunda parte, es imposible que supere a esta primera.
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1 jul 2010
La sombra del poder (2009)
Si hay una cosa que de verdad me jode en esta vida es dormirme en el cine. Reconozco que en mi casa, viendo una peli, alguna vez me he quedado sopinstan, pero no pasa nada, porque te despiertas, buscas el minuto de la peli en el que te dormiste, y sigues como si nada pasase. Pero dormirse en el cine es tres veces peor: una, porque has pagado; dos, porque no puedes rebobinar y seguir donde la dejaste; y tres, porque te despiertas con los tiroteos finales y ya te enteras de como acaba todo.
Eso es lo que me pasó a mí con esta película. Por estar muy cansada o vete tú a saber, me quedé super dormida a la media hora de que la película comenzase. Y de verdad, me estaba gustando, pero, por circunstancias de la vida, sobadísima me quedé. Es algo que nunca olvidaré y que nunca me perdonaré. Encima, cuando la peli terminó, me enteré de que era una película bastante buena. Así que quería volver a verla, pero como me había enterado del final también, decidí darle el tiempo necesario para que, más o menos, se me olvidara lo que sabía y así verla casi como si fuera la primera vez. Y más o menos un año más tarde, por fin, la he visto. Y sí, tenían razón, la película es muy digna.
La sombra del poder es un remake de una miniserie inglesa del 2003 que según Filmaffinity es muy buena. Narra la investigación por parte de un periodista de una serie de asesinatos y de cómo estos están relacionados con asuntos de política. Parece mentira que me haya podido parecer siquiera interesante, pues a mí, en general, las películas de periodistas y las películas de política me suelen gustar regulero, aunque en ambos casos hay excepciones, pero los dos temas, a priori, no me llaman nada. No obstante, la figura del periodista obsesionado con la verdad que pone toda su carne en el asador por una investigación me parece interesante. Un poco peliculero, también, pero bueno, qué más da... si en una película no hay tópicos peliculeros... apaga y vámonos. Pero es que la profesión del periodista me tiene muy desencantada desde que conocí a Karmele y a Lidia Lozano.
Lo que cuenta esta película es un tema realmente interesante, y algo que he creído yo de toda la vida. La película plantea el debate, entre otros muchos, de que el manejo de la información te hace más poderoso. Vamos, que el que tiene información puede agarrar por los huevos a mucha gente mientras que el común de los mortales nos tenemos que creer todo lo que sale en los medios de comunicación, sea verdad o sea mentira.
Por otro lado, me estoy dando cuenta de que últimamente los thrillers me gustan bastante. Al menos, los últimos que he visto me han dejado muy satisfecha y muy entretenida, hasta esta película, que aunque es un poco más lenta, realmente lo que cuenta hace que no te despegues de la pantalla (a no ser que te hayas dormido, pero repito que si me dormí no fue porque la peli fuera mala).
En general, me ha parecido una película bastante elegante, que no pierde interés, que no cansa, aún siendo larga, con buenas interpretaciones, destacando la de Russel Crowe, que es un actor que nunca ha sido de mis favoritos pero que tampoco decepciona nunca, y la de Ben Affleck, que poco a poco se va ganando mi respeto, con una buena realización, una fotografía muy inquietante y un final, aunque inverosímil, realista. Así que le pongo un copón de película.
Eso es lo que me pasó a mí con esta película. Por estar muy cansada o vete tú a saber, me quedé super dormida a la media hora de que la película comenzase. Y de verdad, me estaba gustando, pero, por circunstancias de la vida, sobadísima me quedé. Es algo que nunca olvidaré y que nunca me perdonaré. Encima, cuando la peli terminó, me enteré de que era una película bastante buena. Así que quería volver a verla, pero como me había enterado del final también, decidí darle el tiempo necesario para que, más o menos, se me olvidara lo que sabía y así verla casi como si fuera la primera vez. Y más o menos un año más tarde, por fin, la he visto. Y sí, tenían razón, la película es muy digna.
La sombra del poder es un remake de una miniserie inglesa del 2003 que según Filmaffinity es muy buena. Narra la investigación por parte de un periodista de una serie de asesinatos y de cómo estos están relacionados con asuntos de política. Parece mentira que me haya podido parecer siquiera interesante, pues a mí, en general, las películas de periodistas y las películas de política me suelen gustar regulero, aunque en ambos casos hay excepciones, pero los dos temas, a priori, no me llaman nada. No obstante, la figura del periodista obsesionado con la verdad que pone toda su carne en el asador por una investigación me parece interesante. Un poco peliculero, también, pero bueno, qué más da... si en una película no hay tópicos peliculeros... apaga y vámonos. Pero es que la profesión del periodista me tiene muy desencantada desde que conocí a Karmele y a Lidia Lozano.
Lo que cuenta esta película es un tema realmente interesante, y algo que he creído yo de toda la vida. La película plantea el debate, entre otros muchos, de que el manejo de la información te hace más poderoso. Vamos, que el que tiene información puede agarrar por los huevos a mucha gente mientras que el común de los mortales nos tenemos que creer todo lo que sale en los medios de comunicación, sea verdad o sea mentira.
Por otro lado, me estoy dando cuenta de que últimamente los thrillers me gustan bastante. Al menos, los últimos que he visto me han dejado muy satisfecha y muy entretenida, hasta esta película, que aunque es un poco más lenta, realmente lo que cuenta hace que no te despegues de la pantalla (a no ser que te hayas dormido, pero repito que si me dormí no fue porque la peli fuera mala).
En general, me ha parecido una película bastante elegante, que no pierde interés, que no cansa, aún siendo larga, con buenas interpretaciones, destacando la de Russel Crowe, que es un actor que nunca ha sido de mis favoritos pero que tampoco decepciona nunca, y la de Ben Affleck, que poco a poco se va ganando mi respeto, con una buena realización, una fotografía muy inquietante y un final, aunque inverosímil, realista. Así que le pongo un copón de película.
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