Tercera vez que os hablo de Primos en este blog porque es la tercera vez que me veo esta película en lo que va de año. La verdad es que la primera vez que la vi me gustó un montón, pero es que cuanto más la veo, más me gusta. Suele pasar, con las películas, que si son buenas de verdad van ganando en cada visionado, por esos pequeños detalles que al principio pasan desapercibidos.
Yo lo tengo claro: Primos es una película aparentemente sencilla, pero lo que la hace ganar y ganar son las fantásticas interpretaciones de los tres actores protagonistas. Son tres personajes tan pintorescos, tan bien creados por la mano de Sánchez Arévalo, que da gusto verlos en la piel (y el cuerpazo) de los actores elegidos para interpretarlos.
Como toda buena peli, parte de un guión acojonante, de esos que me gustan a mí, que parece que te están contando una historia de lo más banal pero consigue profundizar en cosas tan universales que te hacen sentirte enganchada por completo a la película, y sobre todo, a sus personajes. ¡Porque no hay personaje malo! Mi favorito es Diego, el protagonista, porque aunque es el reflejo del hombre inmaduro que tanto nos atormenta a las mujeres, realmente se hace querer. Pero vamos, la personalidad de Julián me parece alucinante, encima está interpretado por mi actor favorito from Spain, Raúl Arévalo, al que vemos por primera vez en un papel que, al menos a mí me lo parece, podría ser muy opuesto a su personalidad. El primo José Miguel es el que menos gracia me hace, quizás por ser el más artificial, aunque vuelvo a lo mismo, Adrián Lastra hace un trabajo increíble dando vida al pobre traumatizado por la guerra de Irak y consigue que también lo amemos con todo nuestro corazón.
Sánchez Arévalo se va confirmando en mi... cabeza, al menos, como un gran narrador y como un hombre que sabe realmente ahondar en los sentimientos y en lo más cotidiano. Aunque conmigo empezó con buen pie, pues AzulOscuroCasiNegro realmente me gustó, no ha sido hasta Primos, su tercer largometraje, cuando se ha convertido, para mí, en un imprescindible del cine español.
Si ya es la tercera vez que hablo de esta película por aquí y todavía no la habéis visto, me da que ya poco queda por hacer, pero yo os voy a recordar que a mí me parece un recopetín de película y que, de verdad, creo que merece la pena verla.
28 nov 2011
Primos
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26 nov 2011
El Perro del Hortelano
He pasado un mes de noviembre muy lopesco, y como colofón final a esta etapa de mi vida filológica no podía faltar un repaso al mundo del cine inspirado directamente en la obra de este genial autor español. Aunque ya había visto esta película hace bastantes años, lo cierto es que no recordaba prácticamente nada de su argumento, y puestos a elegir una adaptación cinematográfica de Lope de Vega, me quedé con esta, que era la que más goyas se había llevado.
El Perro del Hortelano es la adaptación a cine de la obra del mismo nombre, escrita por Lope de Vega en el siglo XVII, y ya para empezar este dato debería ser el más llamativo. ¿Es posible que un argumento con casi 400 años pueda seguir entreteniendo al público español? Pues eso parece, y la razón es que el argumento de esta comedia es tan universal que perdurará en el tiempo, ya que por mucho que pasen los años, las mujeres seguiremos siendo celosas, a los hombres les tirarán más dos tetas que dos carretas, y eso siempre seguirá haciendo gracia. Además, Lope era un maestro del enredo y eso juega en favor de que aunque la temática de esta obra sea demasiado "sencilla", la originalidad y lo divertido se lo dé ese enredo que suele venir provocado por no decir toda la verdad.
La encargada de llevar esta obra de teatro a la gran pantalla fue Pilar Miró. Supongo que tuvo que ser una decisión difícil de tomar, puesto que me parece una película muy arriesgada. Sin ir más lejos, ella quiso respetar el texto original, y la película está dialogada en verso. Eso ya era jugársela del todo, pero al parecer a Pilar le salió la cosa bien, y aunque, hombre, seamos realistas, esta película no está entre las grandes obras españolas, la verdad es que tuvo una buena acogida y todavía se deja ver.
Si ya partimos de que el "guión" es bueno, porque joder, lo ha escrito Lope de Vega, así que tiene que ser bueno, solo podemos pedirle a la película que los actores estén a la altura, y los actores cogen a la altura y se limpian el culo con ella, porque están espléndidos. La película está protagonizada por Emma Suárez y Carmelo Gómez, ambos estupendos, cada uno en su papel, pero el elenco de secundarios no se queda atrás, destacando el papel de Ana Duato, Ángel de Andrés y Fernando Conde.
Por otro lado, también es verdad que contando con una buena historia y unos buenos actores pudiera parecer que ya todo sale bien. Aquí todo está cuidado al mínimo detalle, destacando la fotografía, el vestuario y la dirección artística, tan importante en estas películas de época, pero aún así parece que a la película le falta algo... que no es cine, que es teatro, y si quiero ver teatro, voy al teatro y no al cine.
Vamos, que por raro que pueda parecer, a mí lo que es la película me ha gustado mucho, pero por Lope de Vega, y no por Pilar Miró, aunque puedo reconocer los méritos de la directora. No obstante, me seguía oliendo mucho a teatro, pero bueno, supongo que es normal. Pero este detalle es el que le ha hecho a esta película quedarse en mi memoria como un copón de película, que ya es bastante, por otra parte, pero es que Lope es el recopetín.
El Perro del Hortelano es la adaptación a cine de la obra del mismo nombre, escrita por Lope de Vega en el siglo XVII, y ya para empezar este dato debería ser el más llamativo. ¿Es posible que un argumento con casi 400 años pueda seguir entreteniendo al público español? Pues eso parece, y la razón es que el argumento de esta comedia es tan universal que perdurará en el tiempo, ya que por mucho que pasen los años, las mujeres seguiremos siendo celosas, a los hombres les tirarán más dos tetas que dos carretas, y eso siempre seguirá haciendo gracia. Además, Lope era un maestro del enredo y eso juega en favor de que aunque la temática de esta obra sea demasiado "sencilla", la originalidad y lo divertido se lo dé ese enredo que suele venir provocado por no decir toda la verdad.
La encargada de llevar esta obra de teatro a la gran pantalla fue Pilar Miró. Supongo que tuvo que ser una decisión difícil de tomar, puesto que me parece una película muy arriesgada. Sin ir más lejos, ella quiso respetar el texto original, y la película está dialogada en verso. Eso ya era jugársela del todo, pero al parecer a Pilar le salió la cosa bien, y aunque, hombre, seamos realistas, esta película no está entre las grandes obras españolas, la verdad es que tuvo una buena acogida y todavía se deja ver.
Si ya partimos de que el "guión" es bueno, porque joder, lo ha escrito Lope de Vega, así que tiene que ser bueno, solo podemos pedirle a la película que los actores estén a la altura, y los actores cogen a la altura y se limpian el culo con ella, porque están espléndidos. La película está protagonizada por Emma Suárez y Carmelo Gómez, ambos estupendos, cada uno en su papel, pero el elenco de secundarios no se queda atrás, destacando el papel de Ana Duato, Ángel de Andrés y Fernando Conde.
Por otro lado, también es verdad que contando con una buena historia y unos buenos actores pudiera parecer que ya todo sale bien. Aquí todo está cuidado al mínimo detalle, destacando la fotografía, el vestuario y la dirección artística, tan importante en estas películas de época, pero aún así parece que a la película le falta algo... que no es cine, que es teatro, y si quiero ver teatro, voy al teatro y no al cine.
Vamos, que por raro que pueda parecer, a mí lo que es la película me ha gustado mucho, pero por Lope de Vega, y no por Pilar Miró, aunque puedo reconocer los méritos de la directora. No obstante, me seguía oliendo mucho a teatro, pero bueno, supongo que es normal. Pero este detalle es el que le ha hecho a esta película quedarse en mi memoria como un copón de película, que ya es bastante, por otra parte, pero es que Lope es el recopetín.
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23 nov 2011
La violetera
No sé por qué me molesto en escribir sobre esta película porque me imagino que ni os interesa ni me comentaréis y, probablemente, ni me leeréis siquiera, pero así es una, que si dice "que ella comenta todas las películas que vea", lo cumple, y la verdad es esta, y es que la semana pasada, por fin, me vi una película de Sarita Montiel.
Como muchos sabréis, a poco que me hayáis leído un par de veces, yo soy una gran defensora y una gran aficionada del cine español. ¿Eso que quiere decir? Pues que para poder amarlo en un sentido global habrá que estar a las duras y a las maduras, y no hay ninguna otra madura en la historia del cine patrio como Sara Montiel, y yo no podía vivir sin haber visto una película de esta famosísima actriz, así que tomé la decisión de empezar por La Violetera, una de sus películas más famosas.
Para empezar, diré que La Violetera me ha parecido una basura mayúscula. Y dicho esto poco más queda por comentar. La verdad es que me esperaba algo, cuanto menos, decente, y me he encontrado con una película que tiene un guión de lo más pésimo que he visto yo por España, aunque, he de reconocer, y esto no lo puede negar nadie, que Sarita está monísima. Y es que bueno, en cuanto a decorados y vestuario y demás, la película sí que está cuidada, pero nada más. Todo lo que no vaya en favor de hacer de Sara Montiel el nuevo canon de belleza de los años cincuenta está descuidado en esta película.
Lo que empieza siendo una copia barata y un tanto cutre de Pigmalión, la novela que también inspiraría el famoso musical My Fair Lady, se resuelve en los primeros quince minutos y entonces, el espectador vendría a asistir a lo que podríamos llamar el "¿qué pasó después?" de que la pobre muchacha de la calle aprendiera modales.
Está claro que la película es una mierda de elefante porque no necesitaba ser más. Tenía a Sara y con eso debía bastar. Se nota que la película está hecha a su medida y para su lucimiento, pero de verdad, digo yo que se podían haber esforzado en algunos detalles, que ya que te pones a hacer algo, hazlo medianamente bien, al menos. O eso me parece a mí, que a lo mejor me equivoco.
Voy a haceros un spoiler pero ni os lo aviso ni nada porque total, no creo, ni os recomiendo, que vayáis a ver esta película. Resulta que la película va de que una violetera de la calle triunfa en la vida y se vuelve rica y hace giras por el mundo. Sus cuitas de amor la terminan llevando a París y desde allí comenzará una gira por Europa que la hará famosísima a la vez que se va enamorando de su representante o algo así. Este tal representante le dice que hay que irse a América, y ellos cogen un barco para cruzar el charco. Vemos una maravillosa escena en la que Sarita le dice a su acompañante que está algo nerviosa por actuar en Brodway, pero todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando la cámara se desplaza hacia la derecha y vemos que uno de los botes que había en cubierta pone... chan chaan... ¡Titanic! Vamos, que imaginaros cómo termina Sarita.
Y como esas, un ciento. Que es una vergüenza de película y que no hay por donde cogerla. Que es totalmente increíble (en el peor sentido de la palabra) y que menos mal que la Antonia canta un par de veces la canción de La Violetera, porque es lo único que se salva de la película. Un ojete de dromedario grandón para ella.
Como muchos sabréis, a poco que me hayáis leído un par de veces, yo soy una gran defensora y una gran aficionada del cine español. ¿Eso que quiere decir? Pues que para poder amarlo en un sentido global habrá que estar a las duras y a las maduras, y no hay ninguna otra madura en la historia del cine patrio como Sara Montiel, y yo no podía vivir sin haber visto una película de esta famosísima actriz, así que tomé la decisión de empezar por La Violetera, una de sus películas más famosas.
Para empezar, diré que La Violetera me ha parecido una basura mayúscula. Y dicho esto poco más queda por comentar. La verdad es que me esperaba algo, cuanto menos, decente, y me he encontrado con una película que tiene un guión de lo más pésimo que he visto yo por España, aunque, he de reconocer, y esto no lo puede negar nadie, que Sarita está monísima. Y es que bueno, en cuanto a decorados y vestuario y demás, la película sí que está cuidada, pero nada más. Todo lo que no vaya en favor de hacer de Sara Montiel el nuevo canon de belleza de los años cincuenta está descuidado en esta película.
Lo que empieza siendo una copia barata y un tanto cutre de Pigmalión, la novela que también inspiraría el famoso musical My Fair Lady, se resuelve en los primeros quince minutos y entonces, el espectador vendría a asistir a lo que podríamos llamar el "¿qué pasó después?" de que la pobre muchacha de la calle aprendiera modales.
Está claro que la película es una mierda de elefante porque no necesitaba ser más. Tenía a Sara y con eso debía bastar. Se nota que la película está hecha a su medida y para su lucimiento, pero de verdad, digo yo que se podían haber esforzado en algunos detalles, que ya que te pones a hacer algo, hazlo medianamente bien, al menos. O eso me parece a mí, que a lo mejor me equivoco.
Voy a haceros un spoiler pero ni os lo aviso ni nada porque total, no creo, ni os recomiendo, que vayáis a ver esta película. Resulta que la película va de que una violetera de la calle triunfa en la vida y se vuelve rica y hace giras por el mundo. Sus cuitas de amor la terminan llevando a París y desde allí comenzará una gira por Europa que la hará famosísima a la vez que se va enamorando de su representante o algo así. Este tal representante le dice que hay que irse a América, y ellos cogen un barco para cruzar el charco. Vemos una maravillosa escena en la que Sarita le dice a su acompañante que está algo nerviosa por actuar en Brodway, pero todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando la cámara se desplaza hacia la derecha y vemos que uno de los botes que había en cubierta pone... chan chaan... ¡Titanic! Vamos, que imaginaros cómo termina Sarita.
Y como esas, un ciento. Que es una vergüenza de película y que no hay por donde cogerla. Que es totalmente increíble (en el peor sentido de la palabra) y que menos mal que la Antonia canta un par de veces la canción de La Violetera, porque es lo único que se salva de la película. Un ojete de dromedario grandón para ella.
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19 nov 2011
Misfits (1º temporada)
Mira que me habían dicho "esta serie es lo max factor, te va a encantar" un montón de veces, pero oye, que yo iba dejando la vida pasar y como quien oye llover. Eso sí, he tenido ganas de verla desde que supe de ella, y ya fue hace dos años, pero que no me daba a mí por ponerme, que yo soy así de siempre, tardo un montón en ver las cosas que quiero. Eso sí, ha sido verla, y mancantao. Me he visto la temporada en dos tardes (que tampoco tiene mucho mérito porque son seis capítulos) Estoy maravillada con esta serie, y ya no os digo nada con Nathan.
Porque Nathan es el mejor... ¡menudo personajazo! Es como el colmo de todas las cosas que yo jamás querría para mi hijo o para mi pareja, incluso, pero no puedo sino quererle. La verdad es que Misfits es lo que es por sus personajes, porque por el argumento tampoco es que me parezca para volverse loco (dentro de lo bueno que es). Quiero decir que el gran acierto de esta serie es hacernos amar con locura a un grupo de fracasados a los que detestaríamos en nuestra vida corriente (yo al menos sí, no creo que me llevase con un freak como Simon, con una putona como Alisha, con un chulo insoportable como Nathan, con una chunga como Kelly o con un negro). (Es broma, que luego os lleváis las manos a la cabeza. De hecho, el negro, el pobre, es el más normal, o al menos por ahora). Sin embargo los veo en esta serie y me parecen los tíos más alucinantes del universo, y además, en tan pocos capítulos, les he cogido un cariño terrible. Lo cual hace, claro está, que ahora esté enganchadísima, porque yo siempre me suelo enganchar a las series a través del amor, es decir, me enamoro de un personaje y automáticamente ya necesito saber qué es de su vida, pero si me pongo una serie y no me gusta ningún personaje, entonces nada, no me gusta la serie, a no ser que tenga un guión tan cojonudo que la aguante como buenamente pueda, o sea Compañeros y la vea por pura nostalgia.
La verdad es que me da un poco de rabia ver este tipo de series y pensar en por qué nuestras empresas audiovisuales jamás harán productos como este. Pero bueno, el debate de "es que el público español es así" ya lo he sufrido tantas veces que me resignaré y seguiré importándome series de países extranjeros.
Por si alguno no sabe absolutamente nada de esta serie, os diré cuatro apuntes que espero que os piquen lo suficiente como para darle una oportunidad: la serie va sobre un grupo de jóvenes que están cumpliendo condena por sus delitos (cada uno el suyo) haciendo trabajos para la comunidad de esos de limpiar paredes y ayudar a los mayores, y un día hay una tormenta muy rara y acaban todos con superpoderes. Cada uno con uno diferente. Con esta premisa podría parecer que estamos ante los Cuatro Fantásticos o algo así, pero nada que ver. Aunque evidentemente la serie tiene su punto de ciencia-ficción y fantasía, no van por ahí los tiros. Los poderes casi se convierten en una mera excusa para conocer a un grupo de personas que ya son, para mí, inolvidables.
La verdad es que estos británicos se montan unas series cojonudas... ¡qué envidia! Lo mejor de esta serie es que tiene una base de guión alucinante, que luego se vuelve ya la rehostia con unos actores tan bien escogidos y una dirección, fotografía y montaje tan característicos.Y la música, la música. Bueno, es que no tiene un detalle mal escogido.
Una serie muy recomendable para todos aquellos que os llamáis seriéfilos. Es imposible que os decepcione. Y, si además, como me pasa a mí, os encantan las series de adolescentes, entonces IMPRESCINDIBLE. Esta primera temporada me ha encantado y me ha dejado con muchísimas ganas de más, sobre todo después de ese final. Así que recopetín de serie para ella y... ¡a ver qué pasa con la segunda!
Porque Nathan es el mejor... ¡menudo personajazo! Es como el colmo de todas las cosas que yo jamás querría para mi hijo o para mi pareja, incluso, pero no puedo sino quererle. La verdad es que Misfits es lo que es por sus personajes, porque por el argumento tampoco es que me parezca para volverse loco (dentro de lo bueno que es). Quiero decir que el gran acierto de esta serie es hacernos amar con locura a un grupo de fracasados a los que detestaríamos en nuestra vida corriente (yo al menos sí, no creo que me llevase con un freak como Simon, con una putona como Alisha, con un chulo insoportable como Nathan, con una chunga como Kelly o con un negro). (Es broma, que luego os lleváis las manos a la cabeza. De hecho, el negro, el pobre, es el más normal, o al menos por ahora). Sin embargo los veo en esta serie y me parecen los tíos más alucinantes del universo, y además, en tan pocos capítulos, les he cogido un cariño terrible. Lo cual hace, claro está, que ahora esté enganchadísima, porque yo siempre me suelo enganchar a las series a través del amor, es decir, me enamoro de un personaje y automáticamente ya necesito saber qué es de su vida, pero si me pongo una serie y no me gusta ningún personaje, entonces nada, no me gusta la serie, a no ser que tenga un guión tan cojonudo que la aguante como buenamente pueda, o sea Compañeros y la vea por pura nostalgia.
La verdad es que me da un poco de rabia ver este tipo de series y pensar en por qué nuestras empresas audiovisuales jamás harán productos como este. Pero bueno, el debate de "es que el público español es así" ya lo he sufrido tantas veces que me resignaré y seguiré importándome series de países extranjeros.
Por si alguno no sabe absolutamente nada de esta serie, os diré cuatro apuntes que espero que os piquen lo suficiente como para darle una oportunidad: la serie va sobre un grupo de jóvenes que están cumpliendo condena por sus delitos (cada uno el suyo) haciendo trabajos para la comunidad de esos de limpiar paredes y ayudar a los mayores, y un día hay una tormenta muy rara y acaban todos con superpoderes. Cada uno con uno diferente. Con esta premisa podría parecer que estamos ante los Cuatro Fantásticos o algo así, pero nada que ver. Aunque evidentemente la serie tiene su punto de ciencia-ficción y fantasía, no van por ahí los tiros. Los poderes casi se convierten en una mera excusa para conocer a un grupo de personas que ya son, para mí, inolvidables.
La verdad es que estos británicos se montan unas series cojonudas... ¡qué envidia! Lo mejor de esta serie es que tiene una base de guión alucinante, que luego se vuelve ya la rehostia con unos actores tan bien escogidos y una dirección, fotografía y montaje tan característicos.Y la música, la música. Bueno, es que no tiene un detalle mal escogido.
Una serie muy recomendable para todos aquellos que os llamáis seriéfilos. Es imposible que os decepcione. Y, si además, como me pasa a mí, os encantan las series de adolescentes, entonces IMPRESCINDIBLE. Esta primera temporada me ha encantado y me ha dejado con muchísimas ganas de más, sobre todo después de ese final. Así que recopetín de serie para ella y... ¡a ver qué pasa con la segunda!
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16 nov 2011
¡Biba la Banda!
Que lo que podemos denominar "cine patrio" me tira, es un hecho. Reconozco que no es un cine de calidad suprema pero a mí me encanta descubrir "lo español" mediante ciertas películas, y esta que hoy nos ocupa cumple ese requisito. Quizás muchos de vosotros no tengáis ni idea de qué película es esta, yo os daré una pista que os hará situarla en un momento: es una de esas películas que suelen (o solían, que ya no sé si el programa existe) poner en Cine de Barrio.
Y, sí, claro, el cine de barrio tiene sus características y sus peculiaridades. Suelen ser comedias, o películas de amor, de argumento bastante sencillo; si son de risa, recurren a la risa fácil y si son de amor siempre tienen final feliz, pero vamos, que las estructuras cinematográficas se repiten hasta en películas que consideramos obras maestras es un hecho, así que ese aspecto no puede ser nunca un punto en contra de una película.
¡Biba la Banda! es una película española sobre la guerra civil española. Vamos, lo nunca visto. No obstante, y a Dios gracias, es una comedia bastante divertida, y se sirve del contexto de la guerra solo para hacer más exagerado su argumento. Resulta que los protagonistas son un grupo de soldados que nunca han luchado, sino que están destinados a un cuartelillo en el que lo único que tienen que hacer es tocar sus instrumentos. Su mayor preocupación es preparar un concierto inminente para los altos cargos del bando franquista, pero surgirán una serie de dificultades que harán la tarea musical prácticamente impracticable.
Uno de los mejores músicos recibe una carta de su amada en la que le dice que el ricachón de su pueblo les va a quitar las tierras si no las siegan en un plazo de tiempo prácticamente imposible, y el soldado decide acudir en ayuda de su chica llevándose consigo a media banda para terminar antes. Pero claro, escaparse de un cuartel no es algo que un soldado raso pueda hacer, y eso le conllevará a varios problemas tanto al músico como al teniente y al sargento que le ayudarán a cumplir con su labor.
Cabría hacer una mención al reparto, que, tratándose de una película española, no podía sino estar encabezado por Alfredo Landa, que será muy cansino, pero era un gran actor y en esta película lo demuestra. Completan el reparto Antonio Ferrandis, Chanquete para los amigos, Pepe Sancho en el papel de enamorado, Manuel Alexandre, por supuesto, que no se perdía ni una película española, y Florinda Chico en el papel de amante sexy.
Una película muy entretenida, pero que no "suele gustar" nada más que a nuestros padres, puesto que, al fin y al cabo, fue hecha para ellos, para su tipo de humor y para su forma de entender la vida. A los cinéfilos de nuestra generación quizás nos choque y nos parezca demasiado banal, pero yo creo que con todas estas películas que tan influyentes fueron en su momento (esta figura en las listas de las películas con más audiencia en televisión, con más de diez millones de espectadores) siempre se aprende algo. Eso sí, tengo que ser justa y saber poner a esta película donde se merece, y reconozco que su calidad no es excepcional aunque sí es una película correcta. Por eso se queda en un ojete de monico, pero un ojete de monico especial, al fin y al cabo.
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14 nov 2011
Malcolm in The Middle (1º-4º temporadas)
Llevo una temporada de ver más series que películas, así que vosotros, fieles lectores, os tenéis que tragar ahora mas que nunca todos mis comentarios sobre las series que estoy viendo. Yo nunca fui muy de ver series, así que había dejado pasar un montón de clásicos de la televisión, primero, por los horarios impuestos por la programación para poder ver ciertas series y segundo porque ya hace demasiados años que erradiqué mi costumbre de sentarme frente al televisor y empecé a sentarme frente al ordenador para ver películas. Gracias a Dios todo esto fue cambiando paulatinamente y desde hace un par de años estoy intentando ponerme al día con todas esas series maravillosas que nos ofrece el mundo de la televisión internacional hoy en día y con todas aquellas que me fui perdiendo en su momento.
Este no es, del todo, el caso de Malcolm in The Middle, puesto que es una serie que, de vez en cuando, veía en el club Megatrix. Tenía la sensación de que era una serie dirigida a un público infantil y por eso no me planteaba una posible revisión, pero hace ya un tiempo leí un artículo en un blog cuyo nombre no recuerdo que me hizo preguntarme si los dos habíamos visto la misma serie. Decidí darle una oportunidad y me bajé la primera temporada. La experiencia fue positiva y a esa primera pronto le siguieron la segunda, tercera y cuarta temporada.
Supongo que todos vosotros recordaréis o habréis oído hablar de esta serie. El argumento gira alrededor de Malcolm, protagonista de esta serie, un niño que tuvo la suerte de salir superdotado y la mala suerte de tener una familia completamente catastrófica. Tiene tres hermanos más, y cada uno es más gamberro que el anterior, aunque, también, cada uno a su manera. Su madre es una mujer de armas tomar que trabaja por el día y lidia con sus hijos en sus ratos libres y su padre un hombre que todavía cree que se puede disfrutar de la vida, tengas el panorama que tengas en casa.
Sin lugar a dudas mi personaje favorito es el padre, ya que aunque Malcolm es el protagonista, el resto de personajes que forman su familia, podría decirse, le superan con creces, y eso que Malcolm, como personaje, ya está bastante bien.
El humor del que presume esta serie no es algo a lo que, al menos yo, ya estuviera acostumbrada. Que sea más antigua no quiere decir que ya esté pasada de moda y que no presente ninguna novedad, ni, por supuesto, que no se pueda disfrutar. No se me ocurre otra sitcom con la que poder compararla, pues creo que esta es una serie muy peculiar, aunque si tuviera que acercarla a alguna serie más actual, por raro que parezca, la ligaría con The Office, aunque no sé muy bien por qué. Quizás por su modo de buscar lo absurdo en lo cotidiano y de sacar las cosas de madre y que sigan pareciéndote "creíbles".
Supongo que ninguno de vosotros, devoradores de ficción abarrotados de novedades, se pararía a ver una serie tan extensa como esta de cabo a rabo, pero si a alguno le pica la curiosidad yo le animo a que, como yo, lo haga, porque realmente merece la pena. El concepto que yo tenía de esta serie hace siete u ocho años, cuando la veía los fines de semana en Antena 3, ha cambiado por completo, y me he dado cuenta de que realmente esta es una serie de calidad, así que copón de serie para ella.
Este no es, del todo, el caso de Malcolm in The Middle, puesto que es una serie que, de vez en cuando, veía en el club Megatrix. Tenía la sensación de que era una serie dirigida a un público infantil y por eso no me planteaba una posible revisión, pero hace ya un tiempo leí un artículo en un blog cuyo nombre no recuerdo que me hizo preguntarme si los dos habíamos visto la misma serie. Decidí darle una oportunidad y me bajé la primera temporada. La experiencia fue positiva y a esa primera pronto le siguieron la segunda, tercera y cuarta temporada.
Supongo que todos vosotros recordaréis o habréis oído hablar de esta serie. El argumento gira alrededor de Malcolm, protagonista de esta serie, un niño que tuvo la suerte de salir superdotado y la mala suerte de tener una familia completamente catastrófica. Tiene tres hermanos más, y cada uno es más gamberro que el anterior, aunque, también, cada uno a su manera. Su madre es una mujer de armas tomar que trabaja por el día y lidia con sus hijos en sus ratos libres y su padre un hombre que todavía cree que se puede disfrutar de la vida, tengas el panorama que tengas en casa.
Sin lugar a dudas mi personaje favorito es el padre, ya que aunque Malcolm es el protagonista, el resto de personajes que forman su familia, podría decirse, le superan con creces, y eso que Malcolm, como personaje, ya está bastante bien.
El humor del que presume esta serie no es algo a lo que, al menos yo, ya estuviera acostumbrada. Que sea más antigua no quiere decir que ya esté pasada de moda y que no presente ninguna novedad, ni, por supuesto, que no se pueda disfrutar. No se me ocurre otra sitcom con la que poder compararla, pues creo que esta es una serie muy peculiar, aunque si tuviera que acercarla a alguna serie más actual, por raro que parezca, la ligaría con The Office, aunque no sé muy bien por qué. Quizás por su modo de buscar lo absurdo en lo cotidiano y de sacar las cosas de madre y que sigan pareciéndote "creíbles".
Supongo que ninguno de vosotros, devoradores de ficción abarrotados de novedades, se pararía a ver una serie tan extensa como esta de cabo a rabo, pero si a alguno le pica la curiosidad yo le animo a que, como yo, lo haga, porque realmente merece la pena. El concepto que yo tenía de esta serie hace siete u ocho años, cuando la veía los fines de semana en Antena 3, ha cambiado por completo, y me he dado cuenta de que realmente esta es una serie de calidad, así que copón de serie para ella.
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12 nov 2011
Mientras Duermes
La película española que lo está petando ahora mismo en sus mejores cines es, sin duda, Mientras Duermes. La última película del famoso director Jaume Balagueró llegó a los cines y arrasó en taquilla, y ese era solo uno de los alicientes que me animaban a acudir a las salas para verla. A poco que me vayáis conociendo ya un poquito os habréis dado cuenta de que soy muy fan del cine de terror, así que para mí lo más atractivo de esta película era su género.
Decidí llegar virgen al visionado porque en estas películas de terror siempre hay sorpresas y una no quiere llegar a la sala sorprendida de casa, así que he estado un par de semanas intentando no leer nada sobre esta película para dejarme conquistar únicamente por sus imágenes.
La mayor baza de Mientras Duermes es que es muy simple, y para mí, eso siempre es un acierto en la películas de terror, que partan de la cotidianidad para provocar miedo sin necesidad de grandes efectos especiales ni la recreación de monstruos mitológicos (aunque esas películas también se disfrutan, por supuesto). La historia nos acerca al personaje de César, un hombre algo solitario que parece que está atravesando una mala racha. No obstante, acaba de encontrar trabajo como portero de un edificio de gente muy bien acomodada, y la verdad es que parece que su trabajo le encanta pues le permite inmiscuirse en las vidas de los vecinos pasando totalmente desapercibido. Partiendo de esta premisa la película nos introduce en la mente de un hombre que al final no es tan normal como aparenta.
Por supuesto, el peso de toda la película cae sobre los hombros de Luis Tosar, el protagonista. Como siempre, la actuación de este hombre es magnífica, y, por qué no decirlo, su chica, tanto dentro como fuera de la pantalla, Marta Etura, a la que yo le tengo algo de manía aunque no podría decir muy bien por qué, también está a la altura.
Fuera de la dirección de actores, creo que los aspectos que destacan por encima de todos los demás son la dirección y la fotografía. Estos dos aspectos están cuidadísimos y dan a la película un aire de grandeza que se traduce en el gustico del espectador que realmente disfruta (o al menos yo lo disfruté) con cada escena.
Eso sí, ahora vienen los peros. Y es que el gran pero de esta película es la construcción del personaje. Se juega aquí a que el malo es el protagonista y eso ya es un gran riesgo a correr, puesto que los espectadores tendemos a implicarnos en la historia y a empatizar con el protagonista, y si ya de primeras ves que es un hijoputa, se te pone la cosa difícil. Uno de los aspectos que más me gusta de la serie Dexter, por ejemplo, es que esa serie sí consigue que amemos y defendamos al malo, pero creo que Mientras Duermes falla por completo en este aspecto.
Por lo tanto, aunque la película se puede llegar a disfrutar porque creo que su calidad técnica es impecable, el guión me ha sacado por completo de la historia impidiéndome disfrutarla como quizás realmente esta película se merecería, por lo que no puedo darle más de un ojete de monico.
Decidí llegar virgen al visionado porque en estas películas de terror siempre hay sorpresas y una no quiere llegar a la sala sorprendida de casa, así que he estado un par de semanas intentando no leer nada sobre esta película para dejarme conquistar únicamente por sus imágenes.
La mayor baza de Mientras Duermes es que es muy simple, y para mí, eso siempre es un acierto en la películas de terror, que partan de la cotidianidad para provocar miedo sin necesidad de grandes efectos especiales ni la recreación de monstruos mitológicos (aunque esas películas también se disfrutan, por supuesto). La historia nos acerca al personaje de César, un hombre algo solitario que parece que está atravesando una mala racha. No obstante, acaba de encontrar trabajo como portero de un edificio de gente muy bien acomodada, y la verdad es que parece que su trabajo le encanta pues le permite inmiscuirse en las vidas de los vecinos pasando totalmente desapercibido. Partiendo de esta premisa la película nos introduce en la mente de un hombre que al final no es tan normal como aparenta.
Por supuesto, el peso de toda la película cae sobre los hombros de Luis Tosar, el protagonista. Como siempre, la actuación de este hombre es magnífica, y, por qué no decirlo, su chica, tanto dentro como fuera de la pantalla, Marta Etura, a la que yo le tengo algo de manía aunque no podría decir muy bien por qué, también está a la altura.
Fuera de la dirección de actores, creo que los aspectos que destacan por encima de todos los demás son la dirección y la fotografía. Estos dos aspectos están cuidadísimos y dan a la película un aire de grandeza que se traduce en el gustico del espectador que realmente disfruta (o al menos yo lo disfruté) con cada escena.
Eso sí, ahora vienen los peros. Y es que el gran pero de esta película es la construcción del personaje. Se juega aquí a que el malo es el protagonista y eso ya es un gran riesgo a correr, puesto que los espectadores tendemos a implicarnos en la historia y a empatizar con el protagonista, y si ya de primeras ves que es un hijoputa, se te pone la cosa difícil. Uno de los aspectos que más me gusta de la serie Dexter, por ejemplo, es que esa serie sí consigue que amemos y defendamos al malo, pero creo que Mientras Duermes falla por completo en este aspecto.
Por lo tanto, aunque la película se puede llegar a disfrutar porque creo que su calidad técnica es impecable, el guión me ha sacado por completo de la historia impidiéndome disfrutarla como quizás realmente esta película se merecería, por lo que no puedo darle más de un ojete de monico.
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10 nov 2011
Juego de Tronos
Tanto bombo le habían dado a esta serie que es que a una se le hacía imposible no verla. La verdad es que cuando conocí de los libros, y de la historia, un poco por encima, hace ya unos cuantos años, no me pareció el tipo de historia que podría llegar a gustarme, pero aún así quise darle una oportunidad a la serie, porque oye, al fin y al cabo no es lo mismo tirarse en la cama y mirar que tirarse en la cama y leer.
Los primeros capítulos no me llegaron a hacer gracia del todo. Aunque era capaz de reconocer el gran mérito técnico de la serie, puesto que Juego de Tronos es un auténtico despliegue de medios y poderío (aunque a eso ya nos tiene acostumbrados la HBO), la verdad es que ni la historia ni los personajes me hacían mucho tilín. No fue hasta el final del segundo capítulo que, por fin, "me enganché". Y lo entrecomillo porque la verdad es que esta no ha sido, para mí, una de esas series que me hayan vuelto loca de "no puedo pasar un día más sin ver otro capítulo". Y eso que los finales de los capítulos solían dejarte siempre con intríngulis...
Por si alguno no sabe de qué va y tiene la duda de si la veo o no la veo, Juego de Tronos no es más de lo que su propio título deja adivinar: las grandes disputas por el trono de un reino, o bueno, de los siete reinos o algo así. La historia está contada, en esta primera temporada, desde varias perspectivas, destacando así a las familias más importantes de estos reinos que luego tendrán más o menos importancia a la hora de acercarse a ese trono del rey.
Vamos, un montón de gente con un montón de nombres raros que tienen unas vidas de lo más truculentas y... un enano. El enano a mí me cae muy mal. A la gente le gusta mucho pero yo ya lo enfilé en los primeros capítulos... y no, no, a mí este medioseñor no me la da.
Como no he leído los libros, ni, la verdad, tengo intenciones de hacerlo, ahora mismo no tengo ni la menor idea de por dónde puede ir la segunda temporada, aunque me intriga, claro, porque aunque la primera no haya tenido una final espectacular (me parece a mí, a lo mejor a otros les parece el final más flipante del mundo), la verdad es que ya me encuentro totalmente preocupada por el devenir de ese mundo fantástico.
Sobre todo, claro, porque ya tengo mi favorito. Y es que una de las grandes razones que a mí me llevó a ver esta serie fue que alguien me dijo que salía el mismo actor que hacía de Chris en Skins, una serie inglesa que os recomiendo, por cierto, y la verdad es que el chico, salir, sale muy poco, pero yo creo que él es el mejor. Además, el sudor sucio le queda genial, y está guapísimo.
Y es que ya no sé qué decir que no esté dicho, porque de esta serie se ha hablado tantísimo... creo que es una serie de muy buena calidad. Desde la dirección hasta el plantel de actores, los efectos especiales, la fotografía, y la banda sonora, que menuda cabecera más hermosa tiene esta serie. Yo, normalmente, las cabeceras de las series siempre me las paso, porque oye, vista una vez, pues no vas a estar tragándotela eternamente, pero esta siempre la veía, sobre todo para aclarar mis ideas, puesto que al principio me costó bastante situarme en la historia, con tanto reino y tanta localización, y es que es una maravilla.
La verdad es que empecé a ver esta serie sin ninguna expectativa, porque estas historias heróicas y medievales con tintes fantásticos, en general, no me van nada, pero mira, esta me ha gustado. No me ha encantado ni me ha vuelto loca, pero reconozco que al final ha logrado meterse en mi corazoncito. Le doy un copón de serie.
Los primeros capítulos no me llegaron a hacer gracia del todo. Aunque era capaz de reconocer el gran mérito técnico de la serie, puesto que Juego de Tronos es un auténtico despliegue de medios y poderío (aunque a eso ya nos tiene acostumbrados la HBO), la verdad es que ni la historia ni los personajes me hacían mucho tilín. No fue hasta el final del segundo capítulo que, por fin, "me enganché". Y lo entrecomillo porque la verdad es que esta no ha sido, para mí, una de esas series que me hayan vuelto loca de "no puedo pasar un día más sin ver otro capítulo". Y eso que los finales de los capítulos solían dejarte siempre con intríngulis...
Por si alguno no sabe de qué va y tiene la duda de si la veo o no la veo, Juego de Tronos no es más de lo que su propio título deja adivinar: las grandes disputas por el trono de un reino, o bueno, de los siete reinos o algo así. La historia está contada, en esta primera temporada, desde varias perspectivas, destacando así a las familias más importantes de estos reinos que luego tendrán más o menos importancia a la hora de acercarse a ese trono del rey.
Vamos, un montón de gente con un montón de nombres raros que tienen unas vidas de lo más truculentas y... un enano. El enano a mí me cae muy mal. A la gente le gusta mucho pero yo ya lo enfilé en los primeros capítulos... y no, no, a mí este medioseñor no me la da.
Como no he leído los libros, ni, la verdad, tengo intenciones de hacerlo, ahora mismo no tengo ni la menor idea de por dónde puede ir la segunda temporada, aunque me intriga, claro, porque aunque la primera no haya tenido una final espectacular (me parece a mí, a lo mejor a otros les parece el final más flipante del mundo), la verdad es que ya me encuentro totalmente preocupada por el devenir de ese mundo fantástico.
Sobre todo, claro, porque ya tengo mi favorito. Y es que una de las grandes razones que a mí me llevó a ver esta serie fue que alguien me dijo que salía el mismo actor que hacía de Chris en Skins, una serie inglesa que os recomiendo, por cierto, y la verdad es que el chico, salir, sale muy poco, pero yo creo que él es el mejor. Además, el sudor sucio le queda genial, y está guapísimo.
Y es que ya no sé qué decir que no esté dicho, porque de esta serie se ha hablado tantísimo... creo que es una serie de muy buena calidad. Desde la dirección hasta el plantel de actores, los efectos especiales, la fotografía, y la banda sonora, que menuda cabecera más hermosa tiene esta serie. Yo, normalmente, las cabeceras de las series siempre me las paso, porque oye, vista una vez, pues no vas a estar tragándotela eternamente, pero esta siempre la veía, sobre todo para aclarar mis ideas, puesto que al principio me costó bastante situarme en la historia, con tanto reino y tanta localización, y es que es una maravilla.
La verdad es que empecé a ver esta serie sin ninguna expectativa, porque estas historias heróicas y medievales con tintes fantásticos, en general, no me van nada, pero mira, esta me ha gustado. No me ha encantado ni me ha vuelto loca, pero reconozco que al final ha logrado meterse en mi corazoncito. Le doy un copón de serie.
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9 nov 2011
The big swallow
No puedo pasar por alto haceros otra recomendación relativa a los orígenes del cine. Como estaréis comprobando, la verdad es que aunque al cine mudo todavía no le tengo cogido el punto del todo, y me cuesta bastante verlo, los primeros cortos que fueron rodados a últimos del siglo XIX y principios del XX me encantan, me resultan muy curiosos.
Hoy quiero compartir con vosotros otro de los cortos que más me ha gustado en mi investigación de estos días por las películas más antiguas. La película se titula The Big Swallow y es lo que hoy en día denominaríamos un sketch, o lo que podríamos llamar también el famoso "no me vas a grabar más".
En él podemos ver a un hombre que se encuentra muy enfadado porque le están grabando y poco a poco se va acercando a la cámara cada vez más enfadado. Esta película está considerada como una de las obras cumbres de la escuela de Brighton. Una de las mayores peculiaridades es la utilización del primer(ísimo) plano y de la utilización del negro de la boca para cortar el plano sin que se note y parezca que todo está rodado en un único plano.
No obstante, lo más curioso es el cambio del punto de vista. En un primer momento podemos ver al hombre porque lo estamos viendo (valga la redundancia) a través de la cámara que lo está grabando, pero cuando esa cámara desaparece... ¿a quién pertenece ese punto de vista? ¿se cuenta ya con la figura del espectador?
Aquí os dejo el corto para que podáis echarle un vistazo y os animéis a comentar qué os ha parecido:
Hoy quiero compartir con vosotros otro de los cortos que más me ha gustado en mi investigación de estos días por las películas más antiguas. La película se titula The Big Swallow y es lo que hoy en día denominaríamos un sketch, o lo que podríamos llamar también el famoso "no me vas a grabar más".
En él podemos ver a un hombre que se encuentra muy enfadado porque le están grabando y poco a poco se va acercando a la cámara cada vez más enfadado. Esta película está considerada como una de las obras cumbres de la escuela de Brighton. Una de las mayores peculiaridades es la utilización del primer(ísimo) plano y de la utilización del negro de la boca para cortar el plano sin que se note y parezca que todo está rodado en un único plano.
No obstante, lo más curioso es el cambio del punto de vista. En un primer momento podemos ver al hombre porque lo estamos viendo (valga la redundancia) a través de la cámara que lo está grabando, pero cuando esa cámara desaparece... ¿a quién pertenece ese punto de vista? ¿se cuenta ya con la figura del espectador?
Aquí os dejo el corto para que podáis echarle un vistazo y os animéis a comentar qué os ha parecido:
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8 nov 2011
El hotel eléctrico
En la última entrada aquí comentada os comentaba que me encanta el recurso del stop-motion en el cine. Indagando un poco sobre su historia, llegué a este corto, El hotel eléctrico. La verdad es que me encanta ver cortos de los primeros años del mundo del cine, me parecen supercuriosos y siempre logran sorprenderme, por eso he querido saltarme un poco las reglas de este blog para haceros una recomendación.
Según rezan los mismos créditos de la película original, esta es la primera película en el mundo "sirviéndose del sistema de paso de manivela, inventado por Chomón". Segundo de Chomón, por cierto, es el director de este corto y de otros muchos que fueron por él ideados a principios del siglo XX.
Aquí os dejo el corto para que vosotros también podáis disfrutar de la magia del cine naciente:
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5 nov 2011
James y el Melocotón Gigante
Mi fanatismo por el mundo de Tim Burton me llevó, por fin, a ver esta película, que aunque no es de Tim Burton, el famoso director es productor de la misma (con lo cual, algo de mano habrá tenido) y además la película está dirigida por Henry Selick, la misma persona que dirigió Pesadilla Antes de Navidad (además de otros muchos títulos muy relevantes en el mundo de la animación, pero a mí el que más me llama la atención es ese).
La verdad es que la animación es uno de mis géneros favoritos, y la técnica del stop motion una de las que más aprecio por lo cuidadas que suelen estar este tipo de películas. James y el Melocotón Gigante no está hecha íntegramente con esta técnica, solamente se ha recurrido a ella en... más o menos la mitad de la película, pero esa parte resulta verdaderamente bonita.
Uno de los puntos fuertes de esta película es que está basada en un cuento del famosísimo Roald Dahl, uno de los cuentacuentos que a mí, personalmente, más me gusta. De su cabeza han salido historias tan famosas como Charlie y la fábrica de Chocolate o Matilda, ambas llevadas al cine (la primera de ellas por Tim Burton). Los cuentos (o novelas infantiles) de Roald Dahl me han gustado desde que era pequeña, porque me parecían realmente divertidos, siempre llenos de magia, que te hacían llevar tu imaginación hacia mundos extraños habitados por personajes muy pintorescos, y este estilo ha sido muy bien llevado a la gran pantalla en esta película. Además, el uso de la animación para contarnos "el viaje maravilloso" de James, en contraposición con la imagen real correspondiente a su vida, me ha parecido todo un acierto.
No obstante la película me ha resultado demasiado infantil. Esta novela, concretamente, no la he leído, así que no sé si es que la novela también es "demasiado para niños" o es que la película se hizo así conscientemente, pero me ha parecido demasiado "tontuna" para unos ojos adultos, demasiado simple. Otra de las cosas que no me ha gustado han sido los números musicales. Las canciones no tenían nada de especial, realmente, y nuevamente me resultaban bastante tontas.
Quizás los más pequeños de la casa sean capaces de disfrutarla a tope, pero a mí ha habido momentos que incluso me ha llegado a aburrir. Es interesante, creo, pero no tiene nada que la haga especial, y al fin y al cabo eso es lo que busca un adulto al recurrir a películas infantiles: que le haga sentirse como un niño. Esta película, en mí, ha conseguido todo lo contrario: hacerme sentir como un adulto que ya no es capaz de disfrutar con cuentos.
A modo de curiosidad, y además, para los que somos muy fans de Pesadilla Antes de Navidad estos detalles siempre son bienvenidos, diré que Jack Skelington tiene un cameo en, la que es, para mí, la mejor escena de la película.
Pero en líneas generales creo que James y El Melocotón gigante no es una gran película. No me ha parecido ninguna maravilla ni ha conseguido tocar mi corazoncito. No obstante, me entretuvo y no me horrorizó ni nada por el estilo, así que tampoco quiero decir que sea una mala película. Digamos que está ahí, en ese limbo de películas que un día vimos y de las que no guardamos tan mal recuerdo aunque probablemente no volvamos a ver. Por eso le he dado un ojete de monico.
Uno de los puntos fuertes de esta película es que está basada en un cuento del famosísimo Roald Dahl, uno de los cuentacuentos que a mí, personalmente, más me gusta. De su cabeza han salido historias tan famosas como Charlie y la fábrica de Chocolate o Matilda, ambas llevadas al cine (la primera de ellas por Tim Burton). Los cuentos (o novelas infantiles) de Roald Dahl me han gustado desde que era pequeña, porque me parecían realmente divertidos, siempre llenos de magia, que te hacían llevar tu imaginación hacia mundos extraños habitados por personajes muy pintorescos, y este estilo ha sido muy bien llevado a la gran pantalla en esta película. Además, el uso de la animación para contarnos "el viaje maravilloso" de James, en contraposición con la imagen real correspondiente a su vida, me ha parecido todo un acierto.
No obstante la película me ha resultado demasiado infantil. Esta novela, concretamente, no la he leído, así que no sé si es que la novela también es "demasiado para niños" o es que la película se hizo así conscientemente, pero me ha parecido demasiado "tontuna" para unos ojos adultos, demasiado simple. Otra de las cosas que no me ha gustado han sido los números musicales. Las canciones no tenían nada de especial, realmente, y nuevamente me resultaban bastante tontas.
Quizás los más pequeños de la casa sean capaces de disfrutarla a tope, pero a mí ha habido momentos que incluso me ha llegado a aburrir. Es interesante, creo, pero no tiene nada que la haga especial, y al fin y al cabo eso es lo que busca un adulto al recurrir a películas infantiles: que le haga sentirse como un niño. Esta película, en mí, ha conseguido todo lo contrario: hacerme sentir como un adulto que ya no es capaz de disfrutar con cuentos.
A modo de curiosidad, y además, para los que somos muy fans de Pesadilla Antes de Navidad estos detalles siempre son bienvenidos, diré que Jack Skelington tiene un cameo en, la que es, para mí, la mejor escena de la película.
Pero en líneas generales creo que James y El Melocotón gigante no es una gran película. No me ha parecido ninguna maravilla ni ha conseguido tocar mi corazoncito. No obstante, me entretuvo y no me horrorizó ni nada por el estilo, así que tampoco quiero decir que sea una mala película. Digamos que está ahí, en ese limbo de películas que un día vimos y de las que no guardamos tan mal recuerdo aunque probablemente no volvamos a ver. Por eso le he dado un ojete de monico.
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3 nov 2011
Chatroom
Una de las cosas que más me gusta hacer es investigar por la web de Filmaffinity para dar con rarezas que podrían gustarme. Así he encontrado algunas películas muy guays y otras muy mierda. Chatroom pertenece al segundo grupo.
Llegué a ella con el ansia de ver todas las películas de Aaron Johnson, que no es que me parezca el mejor actor del mundo (aunque creo que tiene buena materia prima por explotar y que será un chico que dará que hablar), pero es tan mono que ha conseguido revivir mi lado más quinceañero y ahora me estoy viendo toda su filmografía solamente para disfrutar de su cuerpazo serrano.
Una de las películas en las que ha participado es esta, Chatroom, película inglesa del año pasado. Probablemente a ninguno os suene porque la verdad es que es una película que no se ha estrenado en España. Pasó por el festival de Cannes pero más allá de eso, la verdad es que no ha tenido mucho recorrido. Aunque su nota era mala yo decidí darle una oportunidad primero, porque su argumento me parecía interesante, y segundo, porque su director era, ni más ni menos, que Hideo Nakata, el mismo director de Ringu, la película japonesa en la que se basó la conocidísima The Ring.
Califican la película de thriller psicológico cuando lo que yo creo que deberían hacer es calificarla de basura intragable. No hay por donde coger la película. Como he dicho antes, el argumento, así contado en dos líneas, parece muy interesante, pero lo que es luego la película... hombre, se deja ver, pero llega un punto en el que te das cuenta de que allí no pasa nada y que lo poco que parece que pasa es francamente vergonzoso.
Os cuento de qué va: William es un joven que está buenísimo (sí, es el personaje al que interpreta Aaron Johnson) pero que también está un poco tocado del ala. Está enganchado a internet, sobre todo a los chats, y un día decide crear un chat personal donde conocerá a otros cuatro jóvenes que también tienen sus cosillas. Pero lo que empieza pareciendo una película de amistad se convierte en ese supuesto thriller cuando nos damos cuenta de que las intenciones de William no son ayudar a sus nuevos amigos a superar sus problemas, sino manipularlos para que hagan cosas que terminen arruinando sus vidas.
¿A que parece que no podría estar tan mal? Pues lo está. Además, al ser una película cuya acción transcurre en un chat, puesto que los personajes no llegan a conocerse hasta el final de la película, hay demasiado diálogo y todo lo que ocurre se cuenta, no se ve, lo que la hace demasiado pesada. Por otro lado, a este argumento principal se le suman un par de historias más que se entrecruzan en la película y que, de verdad, yo no sé ni de dónde salen, ni para qué sirven, ni qué intención tienen.
Solo se salva esta película de ser calificada como la mierda más grande por un pequeño detalle. Resulta que el protagonista es un artista, y le gusta hacer cortos con muñecos de plastilina. Algunos de esos cortos se intercalan en la película, y, la verdad, son bastante divertidos.
Vamos, que Chatroom me ha parecido, en definitiva, una mala película, un ojete de dromedario. Aunque su arranque no está ni tan mal, la verdad es que a partir del minuto quince aproximadamente una ya no sabe ni lo que está viendo ni lo que está pasando. Si no hubiera sido por su protagonista (que es tan bello...) sin duda alguna la habría quitado.
Llegué a ella con el ansia de ver todas las películas de Aaron Johnson, que no es que me parezca el mejor actor del mundo (aunque creo que tiene buena materia prima por explotar y que será un chico que dará que hablar), pero es tan mono que ha conseguido revivir mi lado más quinceañero y ahora me estoy viendo toda su filmografía solamente para disfrutar de su cuerpazo serrano.
Una de las películas en las que ha participado es esta, Chatroom, película inglesa del año pasado. Probablemente a ninguno os suene porque la verdad es que es una película que no se ha estrenado en España. Pasó por el festival de Cannes pero más allá de eso, la verdad es que no ha tenido mucho recorrido. Aunque su nota era mala yo decidí darle una oportunidad primero, porque su argumento me parecía interesante, y segundo, porque su director era, ni más ni menos, que Hideo Nakata, el mismo director de Ringu, la película japonesa en la que se basó la conocidísima The Ring.
Califican la película de thriller psicológico cuando lo que yo creo que deberían hacer es calificarla de basura intragable. No hay por donde coger la película. Como he dicho antes, el argumento, así contado en dos líneas, parece muy interesante, pero lo que es luego la película... hombre, se deja ver, pero llega un punto en el que te das cuenta de que allí no pasa nada y que lo poco que parece que pasa es francamente vergonzoso.
Os cuento de qué va: William es un joven que está buenísimo (sí, es el personaje al que interpreta Aaron Johnson) pero que también está un poco tocado del ala. Está enganchado a internet, sobre todo a los chats, y un día decide crear un chat personal donde conocerá a otros cuatro jóvenes que también tienen sus cosillas. Pero lo que empieza pareciendo una película de amistad se convierte en ese supuesto thriller cuando nos damos cuenta de que las intenciones de William no son ayudar a sus nuevos amigos a superar sus problemas, sino manipularlos para que hagan cosas que terminen arruinando sus vidas.
¿A que parece que no podría estar tan mal? Pues lo está. Además, al ser una película cuya acción transcurre en un chat, puesto que los personajes no llegan a conocerse hasta el final de la película, hay demasiado diálogo y todo lo que ocurre se cuenta, no se ve, lo que la hace demasiado pesada. Por otro lado, a este argumento principal se le suman un par de historias más que se entrecruzan en la película y que, de verdad, yo no sé ni de dónde salen, ni para qué sirven, ni qué intención tienen.
Solo se salva esta película de ser calificada como la mierda más grande por un pequeño detalle. Resulta que el protagonista es un artista, y le gusta hacer cortos con muñecos de plastilina. Algunos de esos cortos se intercalan en la película, y, la verdad, son bastante divertidos.
Vamos, que Chatroom me ha parecido, en definitiva, una mala película, un ojete de dromedario. Aunque su arranque no está ni tan mal, la verdad es que a partir del minuto quince aproximadamente una ya no sabe ni lo que está viendo ni lo que está pasando. Si no hubiera sido por su protagonista (que es tan bello...) sin duda alguna la habría quitado.
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1 nov 2011
Compañeros (3º Temporada)
Siempre que le digo a alguien que estoy volviéndome a ver la serie de Compañeros (que, por cierto, con esta, ya es la tercera vez que la veo) la gente se lleva las manos a la cabeza. Por un lado, lo comprendo, porque si a mí alguien me dijera, por ejemplo... "es que me gustó tanto Los hombres de Paco que he vuelto a vérmela" yo pensaría "este no tiene ni puta idea de la vida y está perdiendo el tiempo con una serie que no lleva a ninguna parte" pero en verdad, en verdad os digo que estoy disfrutando con este visionado.
Compañeros es una serie realmente mítica para mí, la serie que marcó mi adolescencia. En su momento, quizás era yo demasiado pequeña (antes no crecíamos tan deprisa y con doce o trece años todavía nos acostábamos pronto y jugábamos con muñecas) y no recuerdo haber sido muy fan de la serie (solo de la segunda generación) pero cuando empecé a estudiar la carrera empezaron a reponerla en Televisión Castilla y León y ahí fue cuando caí definitivamente. Estuve completamente enganchada a esta serie.
Y aunque esta vez, lo reconozco, enganchada lo que se dice enganchada no estoy, he descubierto que esta es una magnífica serie para echarse la siesta. Porque si me echo la siesta viendo, por ejemplo, Juego de Tronos (otra de las series que estoy viendo ahora mismo y que, por cierto, estoy a puntito de terminar, así que pronto hablaremos de ella aquí) en esos momentos en los que cierras un poco el ojo, duermes unos segundos, vuelves a despertarte, vuelves a cerrar el ojo y ya definitivamente paras el capítulo, te pierdes un montón de cosas importantes, pero si cierras el ojo con un capítulo de Compañeros no pasa nada y todo es alegría y felicidad. Esta podría ser la causa de que esté viendo tan alegremente esta serie.
Por otro lado, no la vería si no me gustase, y la verdad es que la serie me evoca tan buenos recuerdos que me gusta mucho el hecho de ponerme un capítulo. Además, esta tercera temporada creo que es la mejor, la más "Compañeros", esa temporada en la que todavía se conserva la esencia de la serie pero ya empiezan las fantasmadas: que si el capítulo de rol, que si Luismi se mete en una secta, que si Tanja llega de Bosnia y aprende español en un capítulo, que si los skins, que si el capítulo de la Ouija...
Todavía sigo pensando que Compañeros fue una serie muy digna para su momento, y aunque ya no puedo compararla con ninguna serie contemporánea del estilo porque dejé de ver series españolas definitivamente hace ya cosa de un año, la verdad es que, por la pinta, diría que es notablemente mejor que muchas de las series para adolescentes que hay ahora en la televisión. Subjetivamente le doy un copón de serie por los buenos ratos que me hace pasar y lo bien que me duerme.
Compañeros es una serie realmente mítica para mí, la serie que marcó mi adolescencia. En su momento, quizás era yo demasiado pequeña (antes no crecíamos tan deprisa y con doce o trece años todavía nos acostábamos pronto y jugábamos con muñecas) y no recuerdo haber sido muy fan de la serie (solo de la segunda generación) pero cuando empecé a estudiar la carrera empezaron a reponerla en Televisión Castilla y León y ahí fue cuando caí definitivamente. Estuve completamente enganchada a esta serie.
Y aunque esta vez, lo reconozco, enganchada lo que se dice enganchada no estoy, he descubierto que esta es una magnífica serie para echarse la siesta. Porque si me echo la siesta viendo, por ejemplo, Juego de Tronos (otra de las series que estoy viendo ahora mismo y que, por cierto, estoy a puntito de terminar, así que pronto hablaremos de ella aquí) en esos momentos en los que cierras un poco el ojo, duermes unos segundos, vuelves a despertarte, vuelves a cerrar el ojo y ya definitivamente paras el capítulo, te pierdes un montón de cosas importantes, pero si cierras el ojo con un capítulo de Compañeros no pasa nada y todo es alegría y felicidad. Esta podría ser la causa de que esté viendo tan alegremente esta serie.
Por otro lado, no la vería si no me gustase, y la verdad es que la serie me evoca tan buenos recuerdos que me gusta mucho el hecho de ponerme un capítulo. Además, esta tercera temporada creo que es la mejor, la más "Compañeros", esa temporada en la que todavía se conserva la esencia de la serie pero ya empiezan las fantasmadas: que si el capítulo de rol, que si Luismi se mete en una secta, que si Tanja llega de Bosnia y aprende español en un capítulo, que si los skins, que si el capítulo de la Ouija...
Todavía sigo pensando que Compañeros fue una serie muy digna para su momento, y aunque ya no puedo compararla con ninguna serie contemporánea del estilo porque dejé de ver series españolas definitivamente hace ya cosa de un año, la verdad es que, por la pinta, diría que es notablemente mejor que muchas de las series para adolescentes que hay ahora en la televisión. Subjetivamente le doy un copón de serie por los buenos ratos que me hace pasar y lo bien que me duerme.
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