Siempre que le digo a alguien que estoy volviéndome a ver la serie de Compañeros (que, por cierto, con esta, ya es la tercera vez que la veo) la gente se lleva las manos a la cabeza. Por un lado, lo comprendo, porque si a mí alguien me dijera, por ejemplo... "es que me gustó tanto Los hombres de Paco que he vuelto a vérmela" yo pensaría "este no tiene ni puta idea de la vida y está perdiendo el tiempo con una serie que no lleva a ninguna parte" pero en verdad, en verdad os digo que estoy disfrutando con este visionado.
Compañeros es una serie realmente mítica para mí, la serie que marcó mi adolescencia. En su momento, quizás era yo demasiado pequeña (antes no crecíamos tan deprisa y con doce o trece años todavía nos acostábamos pronto y jugábamos con muñecas) y no recuerdo haber sido muy fan de la serie (solo de la segunda generación) pero cuando empecé a estudiar la carrera empezaron a reponerla en Televisión Castilla y León y ahí fue cuando caí definitivamente. Estuve completamente enganchada a esta serie.
Y aunque esta vez, lo reconozco, enganchada lo que se dice enganchada no estoy, he descubierto que esta es una magnífica serie para echarse la siesta. Porque si me echo la siesta viendo, por ejemplo, Juego de Tronos (otra de las series que estoy viendo ahora mismo y que, por cierto, estoy a puntito de terminar, así que pronto hablaremos de ella aquí) en esos momentos en los que cierras un poco el ojo, duermes unos segundos, vuelves a despertarte, vuelves a cerrar el ojo y ya definitivamente paras el capítulo, te pierdes un montón de cosas importantes, pero si cierras el ojo con un capítulo de Compañeros no pasa nada y todo es alegría y felicidad. Esta podría ser la causa de que esté viendo tan alegremente esta serie.
Por otro lado, no la vería si no me gustase, y la verdad es que la serie me evoca tan buenos recuerdos que me gusta mucho el hecho de ponerme un capítulo. Además, esta tercera temporada creo que es la mejor, la más "Compañeros", esa temporada en la que todavía se conserva la esencia de la serie pero ya empiezan las fantasmadas: que si el capítulo de rol, que si Luismi se mete en una secta, que si Tanja llega de Bosnia y aprende español en un capítulo, que si los skins, que si el capítulo de la Ouija...
Todavía sigo pensando que Compañeros fue una serie muy digna para su momento, y aunque ya no puedo compararla con ninguna serie contemporánea del estilo porque dejé de ver series españolas definitivamente hace ya cosa de un año, la verdad es que, por la pinta, diría que es notablemente mejor que muchas de las series para adolescentes que hay ahora en la televisión. Subjetivamente le doy un copón de serie por los buenos ratos que me hace pasar y lo bien que me duerme.
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