Pero mira tú qué casualidad tan bella, que me vengo de vacaciones a Galicia y mi compañera de viaje se la trae para que la veamos, así que una tarde después de una mañana de turismo muy intensa nos la vimos.
Lo que más me ha llamado la atención de esta película es la fuerza del guión, que permite mantener el tono en una película que prácticamente está rodada toda en un mismo escenario, con muy pocos personajes y a tiempo real (es decir, el tiempo que transcurre en la pantalla es el mismo que transcurre en nuestras vidas). Los personajes son estupendos y los actores saben cómo sacarle provecho, y eso se nota. En especial el “idiota” protagonista, Jacques Villeret, que debe de ser una eminencia en el cine francés pero a mí es que me sacáis de Gerard Depardeiu y no conozco mucho más.
Lo mejor de la película es que es francesa, quiero decir, que solo los franceses serían capaz de llamar directamente idiota a un personaje con tanto estilo y tanta clase consiguiendo que lo percibamos como idiota, sí, pero también como persona, y comprendamos sus sentimientos. También es un punto a su favor su corta duración. Está claro que la fórmula se agota y haberla alargado habría acabado cansando al espectador.
Así que ahora tengo más curiosidad aún por ver cómo lo habrán hecho los estadounidenses, los reyes de los personajes estereotipados planos. La versión francesa se lleva un copón de película por mi parte, ya veremos a dónde llega la americana.
Esta película es una adaptación de una obra de teatro (que por lo menos en Barcelona se representó con mucho éxito) y creo que se nota en la narrativa. Normalmente me gustan las comedias de enredo clásicos; con personajes liándolo todo, diálogos rápidos y mucho abrir y cerrar puertas, pero esta no me acabo de enganchar. Quiero decir, es una buena película y una buena comedia a juzgar por las reacciones de la gente con la que la vi, pero por alguna razón me dejó frío. Tal vez le dé una segunda oportunidad en el futuro.
ResponderEliminarYo he estado por verla en varias ocasiones, por pura curiosidad, ya que la gente habla bien de ella y tal, pero los franceses tiene una forma de hacer comedia que... no me gusta.
ResponderEliminarBienvenidos al norte, por ejemplo fue un exitazo de taquilla y público, pero yo no pude ni acabar de verla, y creo que con esta me pasaría igual.
Jo, que recuerdos "La cena de los idiotas", la ví por primera vez allá por el 99 cuando salió en VHS y luego la volví a ver cuando la echaron en la tele, recuerdo reírme mucho las dos veces. Muy entrañable Jacques Villeret, que también hizo de tontorrón en otras pelis francesas como "Un crimen en el paraíso" y "La fortuna de vivir". El hombre murió hace unos años, una pena.
ResponderEliminarCuriosamente, el director de la peli, Francis Veber, continuó la saga del personaje de Pignon en "Salir del armario" y "El juego de los idiotas", aunque con otros actores haciendo de Pignon, de hecho el personaje creo que ya venía de películas anteriores y conserva el nombre pero va cambiando su personalidad y circunstancias en cada peli. Muy bizarro.
El remake yo sí que lo ví (como fan de Carell no dejo escapar ninguna suya) y no me disgustó pese a las malas críticas. Carell es aquí el tonto y sale también Galifianakis (el gordito barbas de las pelis de Resacón) en un breve papel. Tiene referencias a la original, pero es menos teatral y dura más, le meten más tramas. Se deja ver aunque no es gran cosa.
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ResponderEliminarEl personaje original "Pignon" ya viene de lejos, en concreto de 1973, cuando Jacques Brel, el Flamenco que cantaba en francés "ne me quitte pas", lo interpretó en la película (también de Veber) l'emmerdeur, que sería algo así como el "tocapelotas"...
ResponderEliminarA mi me parece un ojete con pintas :)
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