Uno de los bloggeros más asiduos a este mi OjeteFilms me habló de esta película y la verdad es que me causó una enorme curiosidad, no solo por su título (mal traducido al español, como siempre, y que poco tiene que ver luego con la peli) sino también por su argumento: una de las chicas más populares del insti se da cuenta de que su grupo de amigas, las "Heathers" (título original de la película), son unas verdaderas hijas de puta y se portan muy mal con el resto de compañeros, incluso con ella. La chica empieza a desear acabar con sus vidas y, sin darse apenas cuenta, sus deseos acaban haciéndose realidad.
Aunque sea una película americana y de instituto, esta comedia va mucho más allá de lo que las comedias de adolescentes nos tienen acostumbrados hoy en día. Eran los ochenta y el subgénero adolescente se había puesto de moda y en este momento se estaba intentado acabar con los tópicos (que parece que en los noventa volvieron, y por la puerta grande) y buscando la originalidad, y Escuela de jóvenes asesinos logró encontrarla.
El guión es más que aceptable: no solo logra crear una historia que se sostiene y divierte en cada escena sino que además está plagado de grandes frases para el recuerdo y de situaciones realmente irónicas. La película logra reírse del cinismo adolescente, de la gorda del instituto, del suicidio, de la violencia en las aulas, de los tontos aficionados al deporte y hasta de los padres preocupados por los problemas de sus hijos adolescentes, pero todo ello sin que en ningún momento se sienta que se está apostando por el mal gusto.
Entre el elenco de actores podemos ver a la chica de moda de aquellos años Winona Ryder en el papel protagonsita (que a mí nunca me ha acabado de hacer gracia), al guapo de aquel momento, Christian Slater, interpretando al chico duro y misterioso que lleva armas a clase y a Shannen Doherty con un look de lo más conseguido.
Los últimos minutos de la película ya son algo así como el "más difícil todavía", el surrealismo en su grado máximo. Lo mejor de esta película es que desde los primeros segundos de su metraje el espectador entra en el juego delirante que la película propone y así es capaz de tragarse cada una de las locuras que se van sucediendo hasta llegar a la traca final.
Os la recomiendo a todos los amantes de la comedia negra, puesto que esta es una de las películas más mordaces que he visto. Muy recomendada también para todos aquellos que recuerdan los años de instituto como un verdadero infierno y que desearon alguna vez matar a alguno de sus compañeros, aunque si nadie te pegó en el colegio, como es mi caso, también podrás disfrutarla. Yo le he dado un merecido copón de película.
Estoy por verla otra vez tras leer tu comentario. Me alegro que te gustara, ya que no conozco mucha gente que se ría como yo con diálogos como: "amo a mi hijo gay muerto" que suelta el padre en la escena del funeral. Difícil de superar. Al parecer el final original, planteado en el guion de Daniel Waters, y que no se llegó a filmar transcurría en el cielo desde donde Winona Ryder observa toda la acción y era tremendamente surrealista. O más surrealista, debería decir.
ResponderEliminarEn fin, una gran comedia negra.
Parece el tipo de película que podría divertirme. La tendré en cuenta.
ResponderEliminarSaludos.