La verdad es que en los noventa estuvo muy de moda querer ser bruja, igual que ahora mola ser vampiro. Y he de reconocer que yo era la primera que quería serlo, y por eso me tragaba toda película o serie que tuviera algo que ver con este tema. Por eso, una de las películas que más veces vi cuando era pequeña fue esta, Jóvenes y Brujas, que me parecía lo más. Hace unos días volví a recordarla y decidí volver a verla por los viejos tiempos y... uf! Hubiera sido mejor haber guardado el recuerdo de mi adolescencia porque... ¡virgencita, qué dramón!
Para ser una película de adolescentes, la verdad es que es mucho más... gotiquilla de lo que el cine americano nos tiene acostumbrados. Vamos, que no es una comedia para nada, aunque tiene algunas cosas bastante risibles. Es una película demasiado oscura, y hasta puede llegar a dar mal rollo en algún momento. Jóvenes y Brujas es la historia de una chica que acaba de llegar a la ciudad y es nueva en el insti, y que es captada por las raritas de la clase porque ellas piensan que es "la cuarta" y les va a venir muy bien para invocar a los espíritus. Bueno oye, ¿por qué no? No seré yo quien critique el argumento, porque cosas más raras nos habremos metido para el cuerpo.
Lo que si voy a criticar es todo lo demás, que aquí no se salva ni el apuntador. Para empezar, vamos a echarle el rapapolvo al guionista, que aunque consigue que la historia tenga un cierto sentido... se le cae todo lo demás: empezando por los personajes, que son bastante estúpidos y demasiado alocados (sobre todo el de la bruja más gotiquilla, interpretado por la ¿dónde andará? Fairuza Balk), los diálogos son, en ocasiones, vergonzosos, y los dramones, a mi parecer, demasiado superficiales. Con una idea así se podría haber hecho algo, si no mejor, al menos más profundo, pero... no. Se ve que Melrose Place todavía dominaba el estilo juvenil, y eso hacía que en las películas adolescentes tuviera que haber una violación por cinta.
Otra de las cosas que no me gusta nada de esta película es el ojo vago de la protagonista. Está muy bien que en los noventa se le dieran papeles protagonistas a las no tan guapas, aunque creo que la protagonista de esta peli fue elegida por lo bien que corría en las escenas de miedo y por lo bien que se le movían las lolas mientras lo hacía, pero de verdad, hay ciertos planos en los que "la bruja buena" parece Igor. Con esa mirada yo no puedo sufrir con ella.
No sé con qué ojos vi esta película de pequeña, porque yo la recuerdo como lo más, pero de verdad que ahora que ya ve una las cosas con más experiencia, esta película me ha parecido una bobada como un piano, aunque merece la pena verla por lo absurda que es. Además... ¡no hay tíos buenos! ¿Dónde se ha visto una película de instituto sin un bollo al que adorar? Aquí se adora a Skeet Ulrich, que al parecer tuvo su momento, pero vamos, que el chico tiene una cara de piojo que no vale para nada.
Total, que casi mejor no haberla visto y haberme muerto pensando que esta película merecía la pena, porque con este último visionado, su puntuación ha caído hasta el ojete de dromedario.
Fairuza Balk hace poco la vi en un episodio de Masters of Horror, el que dirigió Larry Cohen si recuerdo bien.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo contigo en toda la crítica, en los noventa me pareció entretenida pero desde luego no le han sentado bien los años.
Fairuza creo que sale en Valmont de Milos Forman...aparecía muy guapa allí. Bea un comentario duro; se ve que te ha dado cien patadas la peli...
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