El día que fui al cine a ver la cuarta parte de la saga de Shrek me di cuenta de que apenas me acordaba de Shrek Tercero. Aunque mi memoria selectiva se resistiera a olvidarla, yo no podía permitirlo, porque la había olvidado hasta tal punto que ni recordaba quién era el malo, y... ¡tampoco me acordaba, por ejemplo, del rey Arturo!
Así que para poner fin a este olvido (gara) me dije yo a mí misma, que a veces saco la Aída Nizar que llevo dentro: "Tarde de domingo, treinta y cinco grados a la sombra. ¿Qué hacemos? Pues cualquier cosa menos usar la cabeza". Me acordé de mis lagunas con Shrek, y me puse esta peli.
Habiendo visto hace apenas dos semanas la cuarta parte, la tercera parece hasta mejor de lo que recordaba. Dicen los entendidos que en la segunda ya se nota un ligero bajón en cuanto al nivel marcado por la primera entrega de Shrek. A mí la segunda me gusta tanto como la primera, así que no puedo decir nada, pero esta tercera, y también la cuarta, ya son harina de otro costal. Ya son otra cosa. Son simples películas entretenidas con alguna gracieta. Sí, como películas para pasar el rato cumplen su función, pero Shrek no era una película para pasar un rato divertido. Era muchísimas cosas más.
Pero bueno, qué le vamos a hacer, no nos llevemos disgusto. Nos quedaremos con lo bueno. Shrek ya forma parte de la historia del cine. Shrek era una nueva forma de hacer animación: dibujos para no tan niños. Eran gamberradas e ironías geniales. Además, Shrek era unos personajes irrepetibles, tales como el mismo ogro o su compañero Asno. Shrek era también una gran banda sonora. Y Shrek, sobre todo, era la mofa del cuento clásico, la vuelta de tuerca, era el cuento del siglo XXI. Y todas estas cosas que he ido enumerando se pierden por completo en esta tercera parte. Bueno, no es que se pierdan, porque siguen estando, pero se dejan a un lado. Los pilares básicos sobre los que se asentó el primer Shrek dejan de tener la importancia capital que habían tenido.
Como ya dije cuando hablamos de la cuarta, espero que, por fin, esa película haya supuesto el fin de esta saga, porque aunque sus creadores siguen demostrando que pueden ser originales y pueden crear nuevas historias verosímiles, la fórmula, lo que hacía del ogro verde un personaje inolvidable, se agotó.
No obstante, si medimos esta tercera parte como película, sin tener en cuenta a sus predecesoras, como dije antes, la película es divertida, tiene puntos graciosos, momentos míticos (yo me quedo con el momento Inmigrant Song, aunque esté muy disimulado) y sirve para pasar una tarde de domingo. Y como estas características definen al tipo de cine que sí es un ojete, entonces esta tercera parte se queda en el umbral del éxito con un ojete de monico.
La verdad.. que ganas! xD
ResponderEliminara mi de la tercera lo que más me gustó fue el rollito angeles de Charlie de las princesas.. xD
Jajaja... hija, que sepas que me hace muchísima gracia cómo escribes críticas, eres total. Esa manera que tienes de señalar los errores, pero como con penica, me parece lo más.
ResponderEliminarCuando la vi note ese cambio, sin embargo gracias a esta peli y al tiempo hizo que todas las peliculas me parezcan igual (Ni malas, ni buenas, un punto intermedio) Creo que el error estubo en que el director de las 2 primeras se fue hacer las de Narnia y dejaron la saga en alguien que no comprendia la razon de las peliculas del ogro
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